No somos los más rápidos, ni los más técnicos, ni los que mejor suben, ni los que mejor bajan, ni los que más kilómetros hacen, ni los que más pulsaciones alcanzan, ni los que mejores bicicletas tienen, ni los que más entrenan, ni los que mejor saltan, ni los que mejor derrapan, ni los que mejores caballitos hacen, ni los que mejor pasan por trialeras, ni los que mejor vadean ríos y arroyos, ni siquiera los que mejor se toman las cañas de después. Somos todo lo contrario, somos diferentes, somos perdedores.
He estado viendo un vídeo que ha compartido el primo Christian en el grupo de Whatsapp de Perdedores BTT. Lo inserto directamente en esta entrada aunque no es el objeto sobre el que escribiré, posiblemente, la entrada más impopular del blog.
Mientras veía escenas como las de los minutos 9:48, 9:58 o 12:40 me ha venido a la mente una idea que posiblemente molestará a muchos de vosotros: degradamos los caminos y además hacemos apología y no nos damos ni cuenta (yo el primero).
El primer argumento que se esgrime para prohibirnos disfrutar del monte es que erosionamos el terreno y... no nos engañemos: derrapar, salirnos de los caminos o abrir nuevas trochas no es la mejor práctica para mantenerlos intactos tras nuestro paso.
Podéis encontrar un informe al respecto de la erosión ocasionada por las marchas ciclistas y su minimización aquí. Lo leí hace unos meses, hoy me ha vuelto a la memoria. Lo firma Estela Inés Farías Torbidoni del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña
Básicamente concluye que las marchas ciclistas tienen impacto sobre el terreno por el que discurren pero que este puede minimizarse siguiendo unas pautas... como las que recomienda IMBA (International Mountain Biking Association) en una de sus publicaciones:
Pero más a nivel ciclista y menos a nivel organizativo, vamos... algo que todos nosotros podemos observar, IBMA España enumera muy claramente en su web una serie de normas de recomendado (yo diría obligado) cumplimiento por el bien de la integración del colectivo ciclista con el resto de usuarios de la montaña y que reproduzco tal cual. Son las reglas del camino:
Monta únicamente en caminos permitidos: sigue el camino establecido. Respeta la propiedad privada y las prohibiciones. Entérate en los Ayuntamientos, sobre cuales son las limitaciones existentes para el libre paso por la zona.
No dejes huellas de tu paso: trata de no dejar huella, controlando la frenada y evitando los derrapes. El derrape produce una erosión innecesaria del terreno. No arrojes basura.
Controla tu bicicleta: Adapta tu velocidad a las condiciones del camino y a la visibilidad. El control te permitirá evitar accidentes y derrapes.
Cede siempre el paso a otros usuarios: la base de la convivencia entre ciclistas y peatones reside en ceder el paso. Avisa de tu llegada con tiempo y reduce la velocidad hasta pararte si es necesario.
Nunca espantes a los animales: estas en su medio, y posiblemente no estén acostumbrados a tu presencia. Se respetuoso y no hagas ruido innecesariamente. Vuelve a cerrar las verjas que cruces.
Planifica tu salida: especialmente en caso de hacerlo por alta montaña, debes ser autosuficiente en todo momento, y conocer tu nivel (físico y técnico), el equipamiento, y la bicicleta (mantenla en buen estado), escogiendo el recorrido en función de todo ello.
Utiliza siempre el casco: úsalo siempre por tu seguridad y la de los que te acompañan.
No utilices auriculares:disfruta de los sonidos de la naturaleza y advierte posibles peligros
¿Qué ciclista de montaña no suscribiría este decálogo? (sí, son ocho pero la RAE dice que se puede aplicar el término "decálogo" aunque las reglas no sean diez). Seguramente todos estamos de acuerdo, ¿verdad? Pues yo, a lo largo de los años, afirmo haber incumplido todos. Los ciclistas en general y los madrileños en particular (perdonadme si leéis este entrada desde fuera de Madrid por hacer este "zoom") estamos en el punto de mira. Se nos quiere echar de la Casa de Campo y se ha firmado el PRUG de la Sierra de Guadarrama limitando enormemente el uso de la bicicleta de montaña. Y en muchos casos nos escudamos en el "tú más" para no ver nuestra propia realidad. Hagamos el ejercicio de reflexión. Debemos defendernos en tres frentes: administraciones, otros colectivos (senderistas, trail runners, jinetes, cazadores...) y sobre el que más margen de acción tenemos, nosotros mismos.
No son de recibo en ningún caso, faltaría más, actitudes como la sinvergüenza de este vídeo que se ha hecho viral y que en su huida hacia delante se justifica alegando que los ciclistas tienen prohibido circular por ese sendero. Tenga o no razón, no es quién para cortar el paso de ninguna de las maneras aunque no atenten contra la integridad de las personas.
Espero que haya sido denunciada, pero lo que me gustaría realmente es que no sintiera esa hostilidad contra nosotros. ¿De dónde vendrá? eso es lo que necesitamos saber para poder combatirla. Confío en que en un futuro podamos disfrutar todos del monte, es muy grande y hay sitio para todos.
Muchos de vosotros os sabréis el chiste que dice que van dos amigos buscando setas y uno de ellos se encuentra un Rolex y el otro le recrimina que han venido a setas y no a Rolex. Esta mañana de otoño no se me quitaba el chiste de la cabeza porque no tenía muy claro si iba a setas o a bicis.
Amaneció el día muy nublado y el termómetro marcaba 6º pero como no soplaba viento con las tres capas habituales, unos buenos guantes y un culote largo iba de sobra preparado para salir a rodar por los pinares.
A las nueve de la mañana ya me crucé numerosos ciclistas, algunos en grupo y otros en solitario. El primero debió extrañarse al verme casi saltar de la bici al ver la primera amanita a pocos metros del camino.
Viendo la cantidad de setas que habían salido daban ganas de ponerse a buscar níscalos (las únicas que reconozco, si os soy sincero) pero habíamos venido a bicis, no a setas, así que me limité a echar fotos a alguna seta que me había llamado la atención cuando no podía aguantarme las ganas.
La ruta elegida, salvo una pequeña variante, la he recorrido mil veces pero nunca con tanto gusto como hoy. Había zonas por las que merecía al pena ir lo más despacio posible. La niebla, el olor, la temperatura, el silencio... La primavera es muy agradecida desde el punto de vista ciclístico-paisajista por su exuberancia pero si sale un día de otoño como el de hoy... muy pocos aficionados a la naturaleza podrán negar su atractivo.
Más setas y más setas y más setas. Cuando se ven desde el camino rodando en bici es porque hay muchas y de buen tamaño. Hace un par de semanas cayó algo de nieve por la zona por la que transcurre la ruta de esta entrada, Las Navas del Marqués, dando al traste, supuestamente, con la temporada micológica pero para mi (grata) sorpresa parece no haber sido así.
La ruta no llega a 20 Km. Puede hacerse a pie, de hecho. El desnivel positivo acumulado, además, no es demasiado acusado. 267m según el algoritmo de wikiloc.
Poco después se puso a llover. Por suerte mi ruta había terminado y no me tocó mojarme como a uno de los grupos de ciclistas con los que me crucé al principio y que horas más tarde vi volver a Las Navas del Marqués bajo la lluvia.
En fin, uno de esos días en los que merecería la pena congelar el tiempo para salir a montar en bici (o a coger setas) una y otra vez.
Me estoy aficionando a llevar la bicicleta de viaje si veo que el destino y el plan previsto me permiten disfrutar de un rato de ciclismo de montaña. Tal fue el caso del pasado puente de Todos los Santos. Teníamos ganas de conocer las Lagunas de Ruidera y aprovechamos el festivo nacional para pasar unos días conociendo el parque natural y disfrutando de la naturaleza y de la gastronomía en familia.
Como además es tan fácil, gracias a plataformas como Wikiloc, encontrar recorridos que otros usuarios hayan compartido con anterioridad me fui con la ruta seleccionada y todo:
En mi caso, alojado en Ossa de Montiel (que por cierto es la casa de Berria Bike), comencé la ruta en el pueblo en vez de en las Lagunas en sentido anti-horario. Siendo circular, claro, lo mismo da que da lo mismo.
A mi me salieron casi 35 Km en vez de los 29 indicados por Wikiloc. Reconozco que me perdí alguna que otra vez. El desnivel acumulado en este caso es mínimo, pero la orografía del terreno permite a los amantes de las ascensiones darse muchas alegrías. Y como todo lo que sube al final baja, lo mismo aplica a aquellos a los que les gusta tirar para abajo.
Alrededor del pueblo abundan las pistas y cuando comencé la ruta rodando por una superficie arcillosa me temí lo peor: atasco de barro en el paso de las ruedas por lo pegajoso del firme. Pero para mi sorpresa, todo lo contrario. Se rodaba de maravilla. Los días anteriores había llovido y había algunos charcos, pero en ningún tramo el terreno me jugó ninguna mala pasada.
En este primer tramo se rueda generalmente entre encinas pasando junto a campos de labor en los que la llanura manchega se manifiesta con toda su enormidad. Es en estos tramos más desprovistos de vegetación donde el viento, sin llegar a ser frío aún en las primeras horas del día, me incomodó un poco. Una vez el sol hubo le hubo ganado la batalla a las nubes, el día se preparó perfecto para disfrutar de la ruta.
Tal vez por ser día laborable no me encontré con ningún alma en la primera parte del recorrido, desde el pueblo hasta las lagunas, hecho este que unido a que el track me llevaba por cañones algo cerrados me produjo algo de desazón... o respeto, qué leche, porque de haber tenido una avería o accidente veríamos cómo se plantearía el rescate. Me da por pensar estas cosas, qué le vamos a hacer.
Tras un pronunciado descenso precedido por un bloqueo en el camino llegamos a las lagunas a la altura de la cola de la Laguna de la Colgada. La segunda parte del recorrido, según la distinción particular que he planteado en función de las diferencias paisajisticas, discurre por la carretera que bordea las lagunas hasta llegar al final de la Laguna de San Pedro.
Colores de otoño, caídas de agua y mucha tranquilidad aún a esa hora de la mañana me acompañan en mi recorrido. Hago una parada al ver a varios pescadores probando suerte y aprovecho para preguntarles. Me hago ilusiones cuando dos chavales jóvenes muy amablemente me enumeran la variedad de especies que habitan las aguas del parque. Pena de no haber tenido tiempo para dedicarme a tentar a los peces en este viaje... tal vez en el próximo.
Me llama mucho (y gratamente) la atención el equilibrio que percibo entre la permisividad para el disfrute de este espacio natural (están permitidos los deportes acuáticos, el baño, la pesca, hay mucha oferta de ocio...) y las medidas para su protección, que las hay. Hay zonas por las que por su alto valor ecológico o geológico no se puede ni caminar. No tengo criterio para saber si las restricciones son pocas (desde luego, no me parecen muchas) y con el tiempo tendrán que ser más estrictas, pero que se pretenda un modelo de ocio sostenible me parece un gran enfoque. Claro que, siendo este parque natural el motor económico de la comarca (y este es un dato que me acabo de sacar de la manga pero que no parece disparatado) junto a la estela del caballero de la triste figura, no puede ser de otra manera que se explote en la medida de lo posible. Tal vez con cierto abuso en tiempos pretéritos (pero no tanto) como demuestran algunas construcciones de viviendas más propias de un mal barrio de cualquier ciudad que de un paraje tan impresionante como el que nos ocupa.
Y habiendo dejado esa reflexión de tres al cuarto termino esta entrada describiendo la tercera parte de la ruta, la que nos lleva de vuelta a Ossa de Montiel.
Siempre rodando por pistas anchas y con buen firme hacemos frente a un par de rampas que no suponen demasiada dificultad. El paisaje pierde en cierto modo interés: campos de labor: fincas particulares, un polígono industrial... más allá de disfrutar de la vista en lo alto de un cerro desde el que por primera vez se ven los tejados del pueblo desde nuestra partida no merece la pena entrar a detallar este trayecto.
Este recorrido unido a la ruta de la senda del pie de enmedio de 6 Km que hicimos a pie y varios itinerarios en coche me han permitido hacerme una idea bastante precisa de lo que ofrece el parque y sus alrededores desde el punto de vista ciclístico. Merece mucho la pena si, como a mi, en entorno supone el mayor aliciente (con excepción de la compañía, claro) para salir al monte en bicicleta. No faltan las cuestas, las carreteras poco transitadas, los senderos y las pistas. Ni los bares donde tomarse una cervecita, claro.
Aprovechando los últimos coletazos del verano unos cuantos primos decidimos juntarnos para acampar en Losar de la Vera, el pueblo de Jaime, y disfutar de un fin de semana de relax, naturaleza, baños en el río y buena comida. Siendo además que Christian formaba parte de la expedición no podíamos sino pedirle a Jaime que organizara una ruta en bici por los alrededores para nuestro (enorme) disfrute.
Christian tenía problemas para llevar su bici hasta Losar porque usa un portabicicletas de bola y necesitaba remolcar un carro para llevar los avíos de camping de manera que Jaime pidió para él una flamante Orbea Alma (¡muchísimas gracias a David!)... sin darse cuenta de que era una talla M y Christian necesita L. Nos percatamos de la diferencia de talla ya en marcha. Sin problema, para una mañana serviría perfectamente.
Así las cosas a las 8:00 de la mañana nos presentamos en el bar "El Pilón" de la plaza para desayunar como es debido antes de comenzar a dar pedales. Yo me conformé con un café con churros pero Jaime y Christian se zamparon una rebanada de más de media barra de pan con tomate y jamón.
Esa noche nos había despertado la lluvia cayendo sobre las tiendas y a ratos todavía caían chaparrones de manera que nos cubrimos con prendas impermeables y hasta tuvimos que esperar un rato a que cesara la lluvia antes de ponernos definitivamente en marcha.
La ruta trazada por Jaime discurría por el sur de Losar de la Vera. Mejor, porque por el norte hay auténticas paredes. De hecho se celebran pruebas de kilómetro vertical. Salimos del pueblo bajando por "El Pontón", un sendero que tiene de todo: trialeras tanto de bajada como de subida, tramos rápidos y con "flow", escalones, raices...
Y siempre rondando por dentro de la Garganta Vadillo. Jaime lo conoce a la perfección, yo lo había bajado una vez en una visita anterior y Christian era la primera vez que lo bajaba. Ambos tuvimos que echar pie a tierra en varios pasos, nos pudo la prudencia ante la falta de técnica. Más valía prevenir que tener que lamentar caídas.
llegamos a la Garganta de Cuartos con el subidón de haber bajado un sendero de tanta calidad y elogiamos la ayudita extra que representa el contar con doble suspensión que aún siendo de recorrido discreto aportan un gran extra de seguridad en las bajadas.
Atravesando la zona de bares de este punto tan turístico (merece la pena visitarlo) nos ponemos en dirección a Robledillo de la Vera. Como de momento estamos haciendo el mismo recorrido que en la visita anterior ya mencionada recuerdo que ahora tocaban cuestas... de las duras. Para no cometer el mismo error que me condicionó aquella vez decido tomármelo con mucha calma y echo pie a tierra a la mínima. Son cuestas duras y cortas (o no tan cortas), la suerte que peor gestiono de este deporte, y no quiero desfondarme con más de dos tercios de ruta por delante.
En cierto modo la suerte estuvo de nuestra parte al ponerse a llover con bastante fuerza en mitad de una de estas rampas porque pudimos buscar refugio debajo de un roble bastante frondoso y evitar mojarnos.
No estábamos avanzando a buen ritmo por los constantes parones por la lluvia, la colocación de las tijas, el quitar y ponerse ropa, etc... pero nos daba igual porque aún parados debajo de ese roble estábamos disfrutando de la compañía y de la naturaleza privilegiada de la zona.
Ya en Robledillo cogimos agua de la fuente de la plaza y continuamos ruta en dirección sureste bajando por una pista muy rápida que moría en la depuradora del pueblo. Jaime cuenta que antes era un sendero divetidísimo que ensancharon para permitir el paso de coche. Una pena para nosotros pero entiendo que una alegría para los vecinos.
Comenzamos a rodar por pistas con muy buen piso y da gusto avanzar sin apenas dificultad. Ahora la sensación es completamente opuesta, se suceden los kilómetros con rapidez. Solo las moscas, que revolotean junto a la cara de uno, nos incomodan. Lo mejor es ignorarlas y cerrar la boca para evitar tragarse alguna.
Aprovechamos para charlar, para ponernos al día no solo de bicis. Es una de las grandes ventajas que tiene este deporte, que permite hacer ejercicios mientras mantienes una conversación agradable. Las nubes han desaparecido completamente y la mañana está perfecta.
Las pistas se suceden con los senderos y salvo el paso de algún arroyo no hay que echar pie a tierra en lo que resta de ruta. No hubo que lamentar más incidencias que un par de parones para meterle aire a las ruedas traseras de Jaime y mía.Rompo una lanza a favor de las cámaras tradicionales. Llevo tres días con tubeless y el domingo amanecí con la rueda en el suelo.
Atravesamos agunas zonas, como la de la foto anterior, más descubierta y por lo tanto con el pasto quemado por el sol. Pero la mayoría de la ruta discurre por robledales llenos de helechos (y de moscas).
Jaime, lleva sin montar en bicicleta desde el mes de mayo en la BiciCoa 2018.
Él podría decir que iba flojo pero no lo parecía. Como no, cumplió con
creces su papel de anfitrion estando atento en todo momento.
Christian no iba tan cómodo en la Oiz como con su KTM. Alababa las bondades de la trasera, la comodidad y seguridad que aportaba, pero la bicicleta se le hacía corta, claro, no siendo de su talla por muy fuera que llevara la tija.
Sobre el recorrido, señalar que es una ruta corta pero muy recomendable. Aún siendo verano puede realizarse con relativa tranquilidad ya que en gran parte del recorrido se rueda al abrigo de los robles y además hay un par de fuentes a lo largo de la ruta con agua potable.
El desnivel, como puede verse en el perfil, se acumula especialmente en las duras subidas del principio y escalonadamente en el último tercio de ruta, ya de vuelta a Losar.
Y para finalizar, como no un refresquito con una tapa de morros para reponer fuerzas, que teníamos todo el fin de semana por delante.
No hay dos sin tres de manera que supongo que antes o después volveremos a rodar por las pistas y senderos de Losar. A ver si en próxima ocasiones somos más los perdedores que nos unimos a la expedición porque merece la pena.
En esta entrada tres perdedores os contamos de primera mano nuestras impresiones al pasar de 26" a 29". Puede parecer tarde, sí. hace años que cambió el estándar, pero todavía son muchas las bicicletas de 26" que se ven rodando por los caminos. Yo, sin ir más lejos, seguiré usando dos de ellas con cierta frecuencia si bien mi bicicleta de "cabecera" ahora es una 29".
En el caso del primo Christian y el mío el cambio de diámetro coincide además con el cambio de material del cuadro, pasando del aluminio al carbono. Yo además he pasado de rígida a doble haciendo más significativo el cambio. El caso de Jaime es diferente, se ha mantenido en el carbono si bien ha pasado ya dentro de 29" de rígida a doble.
Es el suyo, el de Jaime, el primer testimonio que podréis leer. Como suelo hacer, copio y pego sus palabras tal cual:
"En mi caso era el orgulloso poseedor de una Scott Scale 35 del año 2005 (carbono) personalizada con horquilla Reba, manetas y frenos XT y cambios XTR, además de bielas Rotor 3D con patos ovalados 27 - 39, llantas ZTR alpine con bujes Circus Monkey y periféricos de carbono, una rígida de 26 pulgadas con la que volaba (todo lo que las piernas permitían). Una bicicleta rígida y ligera con componentes de gama alta. Compré esa bici porque me enamoré del cuadro, de los colores y la fui personalizando a mi gusto.
El paso fue a una Cannondale Flash Carbon 2 de 2013, otra rígida, esta vez en 29, como buena Cannondale llevaba su horquilla Lefty XLR 90mm de recorrido, e iba complementada con monoplato Cannondale SL con plato Garbaruk de 32t ovalado, cambio trasero de 11v XTR con piñón 11-42 (que posteriormente sustituí a un E-thirteen 9-44), al igual que la scott, el resto de periféricos eran de carbono, frenos también XTR y las ruedas, unas llantas ZTR Crest con bujes Cannonball delante y 3.30 trasero. Las primeras impresiones fueron de ir subido en un caballo (cuando antes montaba en pony) pero la adaptación fue rápida y sencilla, la bici era muy rápida (pesaba menos que la scott) y se cumplieron varias de las ventajas de las que todo el mundo habla: Mejor rodar en llano y mas agarre en zonas de arena y subida, también noté la desventaja de ser menos "ratonera" pero a mi parecer era más por el largo del manillar que por la inercia de las ruedas grandes, así que sustituí el manillar que traía de 740mm por uno de 640 de mi antigua Scott, a mi parecer, desapareció esa desventaja y se volvió también una bici ágil.
Por mi parte, decir que creo que he ganado con la 29, y eso que era un defensor de bicis de 26, es más, lo sigo siendo, en tallas pequeñas creo que las 26 pueden ser más adaptativas (me rechinan unas ruedas tan grandes en un cuadro pequeño) y mantendría mi Scott sino fuera por el tema económico, todavía a veces la echo de menos. El segundo cambio ha sido el del cuadro de las flash, ha pasado a ser un Scalpel 2015 doble suspensión con amortiguador Monarch XX, tengo que decir que no he probado demasiado la bici, no he tenido tiempo, pero en un par de rutas que he podido probarla, la doble suspensión se nota, y se nota mucho, incluso poder rodar por zonas muy rotas sentado sobre el sillón apretando más y más (seguimos con las piernas, que no están lo fuertes que deberían, pero hasta donde llegan genial). He de decir, que también es una doble especial, no llega a los 10 kilogramos por lo que el handicap del peso sobre las rígidas tampoco existe o es mínimo.
Conclusión: El cambio ha sido a mejor, pero las piernas son las que mueven la bici, y las horas encima de ellas se notan. Pero sólo recomendaría el cambio a una bicicleta de 29 pulgadas si se realiza a una de similares componentes, creo que cuando empezó esta "moda" muchas personas cambiaron una 26 con muy buenos componentes a una 29 mediocre y de ahí la desilusión de muchos de ellos.
A ver si hay suerte y pronto podemos disfrutar de una ruta con estas tres nuevas 29 y con el resto de perdedores, al final lo importante es con quién compartes la ruta y no la bicicleta que conduces."
Continuamos con la experiencia de Christian, que se ha remontado unos pocos años y nos cuenta su vida ciclista desde bien pequeño bajo el título "15 años entre bicis":
"Cuando era un chaval, con unos diez años de edad, tenia una
BH plegable de aquellas de verano azul con sus guardabarros, manillar y bielas
cromadas.
Era
el medio de transporte para ir a buscar a los amigos, andar todo el verano
fuera de casa y empezar con aquellas primeras rutas, sin saberlo, que hacíamos
en plan “venga vamos a la fuente de meco a beber agua” que proponían lo
hermanos mayores de los amigos de “aquellos maravillosos años”. Decir que mi
padre me prohibía expresamente salir más allá de los semáforos que delimitaban
nuestra zona, incluido el rio y nos íbamos desde Alcalá de Henares a Meco por
carretera y con estar en casa para comer no había problema. Eran otros tiempos…
La
cosa es que todos los amigos tenían BH California, Bicicross, Motoretas, Montys y alguno más pudiente alguna Panther con tres piñones y mando de cambio
"estilo coche" en el cuadro. Yo me moría por tener una BH California de aquellas
último modelo con amortiguador central y suspensión trasera. Pero en mi casa
pensaban q ya con tener una bici de ruedas sin tacos heredada de mi hermana era
un privilegiado, antes no teníamos bicis me decían…
Pues
con mi “cutrebici” me tenía que apañar que era lo q había. Fue por entonces
cuando vi un día una bici muy rara. Era de un chico de la zona que decían q el
padre trabajaba en la base de torrejón y le había traído una bici americana. En
aquel momento ver una bici con ruedas muy grandes, muy gordas, con tres platos
y por lo menos 5 piñones, en color negro y amarillo y creo recordar marca
“Tucán” era algo raro y feo.
Para
mí fue amor a primera vista. Una bici con manillar plano, horrible como decía
mi hermana, desterró de mis pensamientos las bicis que deseaba hasta entonces…
en ese momento tuve claro que quería una bici de montaña.
Algún
año más tarde de este primer encuentro tuve mi primera bici Btt, que venía de
regalo con un colchón… que suerte la mía que regalasen bicis comprando
colchones, lo mismo no estaría ahora relatando esta historia. La dependienta
decía “es una bici sin manos”. Mi primer contacto con un Shimano SYS de 6 cambios
sincronizados, 18 velocidades, todo un lujo. Con 14 años y aquella primera bici
de montaña empecé a salir de forma habitual y a explorar los entornos cercanos
de Alcalá. Entonces en bici de montaña salíamos solo chavales de 14-15 años y
algún universitario pero era bien extraño ver a un abuelo de 40, como el que
escribe, montando en bici. Fuimos los pioneros en trazar muchas de las sendas
del parque natural de los cerros de Alcalá y tener los primeros encontronazos
con los cazadores de la zona. Ojo, que soy aparte de “biciclista”, cazador y
son actividades totalmente compatibles pero es que hay mucho “cerril” por el
mundo, tanto sobre ruedas como con armas, un poco más en los segundos.
Aunque
llevaba toda una bici de montaña, con los amigos que salía a montar, éstos
llevaban siempre mejores maquinas.
Por
ese tiempo empecé a comprar y leer las revistas especializadas que comenzaban a
salir de bicis de montaña. Babeaba con las bicis de portada, el material que
probaban y las carreras que empezaban a realizarse en España de unas bicis
nuevas que había y yo estaba en el ajo.
Pensaba
“cuando sea mayor y tenga pasta tendré un Bicicletón”
Tras
muchos kilómetros hechos con aquella primera bici de colchón, que me robaron, y
una Conor posterior fui un día a ver bicis con suspensión, que ya era mayor,
curraba y tenia pasta… fui a ver un par de tiendas con un presupuesto máximo de
1000€ y me encontré con una bici arrinconada en la tienda, llena de polvo. Tras
una hora viendo unas Conor, Proflex y alguna Trek pregunte por aquella del
rincón…
“Bueno
esa es más cara, es una KLEIN, no la conocerás”. ¡Jodo si la conocía!, me enamore
a primera vista. Un cuadro guapísimo y una pintura, si te gusta, espectacular.
Cuando
me subí la primera vez era como hecha a medida y las cosquillas que sentí aquel
día las siento igual a día de hoy. No sé si habrá otra bici con la clase y
elegancia de mi Klein.
La Klein es el modelo Attitude 2002
Comp. Aunque ya es de la época Trek está construida en la factoría original de
Klein en Chehalis, Washington, justo después Klein se trasladó a la sede de
Trek en Waterloo, Wisconsin.
Los
puristas dirán que es de la época Trek, pero ésta es de Chehalis.
Con
la Klein lleve
la bici de montaña a otro nivel. Las rutas eran de más kilómetros, más técnicas
y más desnivel. Participe con un primo mío cordobés en las primeras maratones
de Córdoba BRIMZ Guzmán el Bueno. Recorrí el Atlas de Marruecos antes de
idearse la Titán Desert
y empecé a planear las vacaciones con amigos para hacer rutas de varios días en
bici con y sin alforjas como la
Pedals de Foc, Pedales de León, Cazorla, Alto Tajo, Santiago…
y otras más. Todos los años al acabar un viaje ya estábamos pensando y
preparando el del siguiente año. Ahora la paternidad ha hecho un paréntesis.
Sonara
PRO pero nada más allá del espíritu Perdedor que he descubierto al mismo tiempo
que he conocido a mi primo nuevo “El Moi”, a ambos nos apasionan las bicis.
Siempre el reto ha sido pedalear contra uno mismo en buena compañía. Y aprendí
que la satisfacción de las experiencias perduran mucho más que las de estrenar
material nuevo y efímero.
La Klein de catalogo venia así:
De
origen venía con llantas tubeless. Decir que en 15 años he pinchado 3 veces por
dejadez con el líquido sellante. Pero en ninguno de los viajes he pinchado. En
Marruecos lo pude comprobar, la media era 3 pinchazos por día y bici y con
tubeless cero pinchazos.
Los
frenos V los cambie en 2014 por unos Shimano XT m785 ice-tech con discos 180
delante y 160 detrás. Para instalar los frenos nuevos las ruedas originales,
los bujes, no tenían soporte para los discos y compre las mismas ruedas de
segunda mano de una Trek fuel pero con soportes de disco. Una vez comprado todo
el material me di cuenta que las punteras traseras del cuadro no cumplían
ningún estándar. Por el año 2002 aparecían las primeras bicis con frenos de
disco pero no había un estándar desarrollado y cada marca ponía su anclaje como
le parecía. Encontré por eBay en california un tío que hace adaptadores
postmount para mi cuadro y me lo enviaba a España por unos 30 euros….¡¡¡ Bendito
San Internet !!!
Todo
el mundo hablaba maravillas de los frenos de disco y yo esperaba una frenada
brutal en comparación con los V. Pero no… los V que tenia, manetas SLX
Servowave ajustadas en “H” con las pinzas de freno Avid Single Digit 3 y
zapatas Cool-Stop negras frenaban tanto como un disco.
No
habrás sangrado bien me decían… si, si estaban sangrados.
Los
V frenaban muy bien, los discos y mas los XT frenan mejor pero yo me esperaba
otro mundo y no era tanto. Aun así la gente al probar los XT m785 me decía que
eran brutales…. Pa matarse…. A mí me gustaría mucha más potencia….
Con
el tiempo le cambie el manillar a uno de doble altura para ganar en comodidad y
después, tras una resonancia de cervicales y recomendación del médico de no
montar en bici (lo flipan) decidí sustituir la horquilla RS Duke de 80 por una
RS Reba de 100 buscando subir otros 2cm. Con esta configuración noté mucha
mejoría para rutas largas, mas control en bajada y empeoraba las subidas
técnicas. Pero bueno, mis cervicales lo han agradecido. Parece que no pero de
origen a ahora la diferencia son 4cm más de altura en el manillar y eso es un
mundo.
La RS Duke en cuanto fiabilidad,
funcionalidad y mantenimiento es una maravilla. Pesa poco más que una Reba y no
da ni un problema.
La RS Reba la verdad que se nota lo bien
que va. La monté no hace mucho, en 2017, tras comprarla usada, restaurarla de
pintura y hacerle un overhaul completo.
De
la Bici original
queda el cuadro, tija, potencia, y los cambios que son unos LX y van perfectos.
Solo una vez tuve que meterles mano.
Para
ser una bici del año 2002 al tener un cuadro elegante y los cambios que le he
ido realizando es una bici muy “actual” solo que las ruedas son de 26 pulgadas
y claro, a la industria esto no le cuadra.
La
Klein es una bici muy estable que sube muy bien, baja bien, rueda bien, pesa
poco, es manejable y ratonera y además da elegancia y distinción.
Hasta
ahora con los compañeros que habitualmente salgo éramos de 26", hasta hace nada,
resistentes a nuevas tendencias y modas, ajenos a postureos y con muy buen
ambiente hasta la llegada del “MIRLO BLANCO” que ha sido una reacción en cadena
y un tanto para la industria que nos ha colado las bicis al cambiar de ruedas.
¿Qué
es un Mirlo Blanco?
Aunque
todos estábamos súper contentos con nuestras 26" y alguno algo mas modernizado
con 27,5" nos hacíamos nuestras rutas domingueras de más o menos kilómetros y más o menos
técnicas o rodadoras y alguna marcha popular siempre y cuando fuese gratuita o
la voluntad.
Todos
más o menos afinados al mismo ritmo y medias con excepción de las 27,5" que tenían
un puntito más que achacábamos a que iban mejor de forma.
Aun
así, aun de estar enamorados de las 26", el wallapop es el lado oscuro de la
fuerza y te enseña bicis que rotan con un año de vida a precios muy rebajados.
Y
un día aparece un Mirlo Blanco. Un Pepino de carbono de 2400€ con un año de uso
en venta en 1100€. De esos que duran 50 visitas y unas horas. Tras una serie de
circunstancias y coincidencias, más largas de explicar, un buen amigo y con
consejo por mi parte de comprarla, que vuela, la consigue por 900€.
Un
Mirlo Blanco es un Pepino por 900€. Creo que eso no se repetirá…. El que la
vendió compraba un repepino doble y quería quitarla rápido; tenía su factura de
compra, nada de trapicheos.
Pues
el del Mirlo Blanco donde antes bajaba detrás, muy detrás, ahora nos quitaba
las pegatinas. Donde subía en grupo ahora se comía un plátano mientras nos
esperaba y donde llaneábamos a unas pulsaciones razonables para seguirle había
que exprimir el corazón.
¿Qué
estaba pasando?¿Era el subidón de estrenar bici que hacía de poción mágica ?
No
tardó más de una semana en entrar la segunda 29", también pepino de segunda
mano. No podía ser… La misma historia… bueno como yo llevo normalmente el track
de la ruta ya me esperarían en el siguiente cruce.
Únicamente
en los tramos de bajada más revirados y técnicos la Klein estaba a la altura de
las nuevas bicis. Éstas trazan peor pero los fallos los perdonan mucho más.
Esto lo pude observar bajando detrás de una 29" y dándolo todo.
Esto
me hizo mirar el mercado de bicis, no me habían entrado antes las 29" por los
ojos pero estas observaciones sobre el terreno me aturullaban… y sobre todo la
preocupación de mi buen amigo el del Mirlo Blanco que me mandaba mil bicis por
día e incluso me las negociaba para darme todo mascao.
Pero
viniendo de una Klein no vale cualquier cosa, ha de tener ese puntito elegante
y asemejarse lo más posible a las cotas que tenía ya ajustadas a mí ser.
Había
varias candidatas. Siempre buscando ejes Boost. Trek no estaba mal. La
Specialized Chisel con su cuadro de aluminio D´alussio mantenía esa esencia del
aluminio pero no había nada todavía de segunda mano y la KTM que era la segunda
que entró en el grupo tenía un puntito que me gustaba. Así que metro en mano
fui a un par de tiendas a medir las bicis.
Tras
empollar los Stack y los Reach y los ángulos de dirección y sillín y medirlos
in situ la bici que más parecida era a la Klein en cotas, casi clavada, era la
KTM y además conseguí una buena oferta del 40% por liquidación del modelo. Así
que me decidí por ella.
La
Klein es talla 19.5 y la ktm es talla 19. Prácticamente son un calco de cotas.
Una
cosa que gustaba de la KTM era el stack de cuadro o la altura del tubo superior
de la dirección respecto del eje de pedalier. Es el más alto de lo que he
visto, cosa que he mirado con lupa buscando tener una altura adecuada para el
tema de cervicales.
La
otra cosa que me gustaba es el ángulo de dirección de 71ºcomo en la Klein. Es raro en una 29" encontrar
ángulos mayores de 69º. Tener 71º le da nerviosismo a la dirección y eso me
gusta.
La
Chisel no va mal de altura pero el tubo de la horquilla lo dejan cortado muy
corto para dar esa apariencia racing. ¿No piensan los fabricantes que el 99% de
los compradores no compiten pero aun así compran bicis caras para rutear?. Al
menos podían dejar más margen en la horquilla para que cada uno se la ajuste al
gusto.
Como
he comentado finalmente adquirí la KTM Myroon LTD 2017.
Comprar
bicis de serie aunque sea una LTD, edición limitada, es de pobres así que nada
más tenerla en casa ya empiezas a personalizarla.
Lo
primero cambiar el sillín por el mío, después de muchos años probando y
sufriendo sillines no confío mis posaderas a otro que no sea mi Specialized
Avatar.
Los
puños de la Ktm súper ligeros de silicona de 10gr el par son muy finos y los
cambie por unos Esi extra chunki de 80gr. Hay que comprar bicis ligeras para
luego engordadlas y contener el peso final.
Ajusté
todo a mi gusto. Altura sillín, ángulo del manillar, di la vuelta a la potencia
y la puse en ángulo positivo, ajuste el ángulo de los frenos y sangré. Aunque
sean nuevos no me fio y las pastillas de resina en unos ice-tech pues no, así
que pastillas metálicas con disipadores al canto.
Todo
el mundo dice que las metálicas son para descenso, que desgastan los discos…
joer si frenan tienen que desgastar, pues que desgasten.
Instalación
de mi velocímetro con cable Cateye, instalación del soporte para el garmin en
la potencia con algo de brico, estas potencias cortitas no dejan acoplar el
soporte y hay que darles un suplemento de altura.
Los
cuernos tradicionales al tener un manillar de 72cm como que vas muy abierto y
además vas podando los setos con el peligro de enganchón y caída, no cuadran
así que buscando encontré unos acoples interiores que he probado y van
realmente bien que se llaman Spirgrips aunque no son baratos pero si de
calidad. Se colocan por dentro del puño entre éste y la maneta de freno.
Y
lo más importante de todo, el timbre que te suministra KTM con la bici. Pasada
de timbre…
Bueno
pues tras contar un poco la historia de dónde venimos y donde estamos las
sensaciones tras 600 km con la 29 son las siguientes:
Subidas
Sube
muy bien. Es ligera y reactiva. La Klein pesa de catalogo 11.5kg y la KTM 9.7kg
Se
nota mucho el peso de la bici pero más se nota la ligereza del par de ruedas
ZTR Creest mk3 con bujes PMP que están en 1500gr el par.
Con
la Klein subes con plato pequeño y en los “descansos” sigues con el mismo
desarrollo algo más desahogado. Con la Ktm en esos descansos parece que
pedaleas en vacio y te pide bajar corona. Si en pleno esfuerzo imprimes un poco
mas de fuerza se refleja de inmediato en la bici.
En
subidas muy rotas del 20% que por mi zona tenemos más de una y más de dos, la
bici sube. Si tienes patas sube. Donde la 26" patinaría la 29" no y donde una 26"
has de buscar trazada para no patinar la 29 "tiras por medio. Como un tractor.
Esto es lo mejor de la bici, las subidas.
Llaneo
A
priori llaneas igual o esa es la primera sensación. Pero cuando he salido con
los amigos y sus bicis nuevas notas que el ritmo, la media es más alta, no
mucho, peroademás vas más relajado.
Comparando una ruta exigente que hicimos unos meses atrás y hemos repetido ahora,
la media mejora un poco pero el gasto de calorías del pulsometro es menor así
que puedo decir que rinde mas.
Bajadas
Bajar
baja bien. En sitios anchos y rotos bajas como un tractor, por medio. Es más
torpe que la Klein pero perdona mucho y no necesitas trazar a lo Pedrosa.
La
sensación es que bajas igual pero luego al pensarlo te das cuenta que el ritmo
es mayor.
Senderos
muy técnicos
Todo
no iba ser bueno. En senderos estrechitos, esos donde solo pasa una rueda, y
muy revirados la KTM en comparación con la Klein es muy torpe. El primer día
tuve un par de sustos por perder la trazada y salirme al monte. Creo que
pudiera ser que la velocidad de paso fuese más que con la 26 pero de
sensaciones vas igual. La manejabilidad de la bici es menor y cuando tomas
cierta curva la rueda se va fuera y te metes en esa zanja que no querías.
En
el parque natural de Alcalá tenemos senderos de esos que vas a mitad de ladera
con el cerro a un lado y al otro el barranco. Probé algunos y donde con la
Klein voy con total confianza con la KTM echaba el pie a tierra por
desconfianza. No tenía sendero para meter la rueda, esa era mi sensación. Habrá
que hacerse a la bici.
En
este tipo de terreno es donde se pide una 26 o una 27 a gritos.
Nota:(02Sep18)estas sensaciones de
las zonas muy tecnicas las escribi a los pocos km hechos con la 29". Ahora
depues de unas cuantas salidas mas, puedo decir que la sensación ha mejorado
bastante en este aspecto hasta el punto de no echar de menos una rueda mas
pequeña.
Tubeless
Llevo
con tubeless desde que compre la Klein y en el tema de pinchazos ya lo he
comentado antes que es impecable.
Pero
ahora es cuando he notado el tacto de un neumático UST en comparación con
cámaras.
La
KTM va muy equipada pero es una cagada que traiga cubiertas no tubeless y
cámaras. Buscaran ligereza pero es una cagada.
En
la Klein siempre he llevado cubiertas UST, nada de tubeless ready ni inventos
ni kits. La combinación buena de cubiertas que llevo desde hace años es Kenda
Nevegal 2.1 delante y Panaracer fire pro 2.1 detrás.
La
ktm lleva unas Schualwe Rocket Ron 2.25 que me gustan el taqueteado y son
ligeras. En la rueda delantera le falta grip en los hombros. ¿Lo mismo esto
provoca la falta de seguridad en los senderos?
Pero
ahora aprecio y mucho las ruedas tubeless al probar de nuevo las cámaras.
Mucho
más tacto del suelo y mucho más agarre lateral. No tardaré mucho en cambiarlas
a la KTM.
Las
llantas ztr tienen el kit Stan no tubes. Tengo que probarlo pero he de decir
que estos inventos con cintas no son de mi agrado. No los veo fiables. Vengo de
bontrager y eso si son ruedas pensadas para tubeless con su fondo especifico y
válvulas.
Nota: (02Sep18)Ya he cambiado las cubiertas a tubeless, las mismas en version TLR
tubeless ready.
He
vuelto a sentir todas las sensaciones buenas de agarre y traccion.He subido el peso en las ruedas entre las
cubiertas, mas pesadas, el liquido y las valvulas unos 300-400 gramos entre las
dos ruedas. Se notan esos gramos pero la mejora en agarre y fiabilidad a
pinchazos lo merece.
El
fondo de llanta de cinta pegada de Stands de momento cumple su cometido.
Comodidad
La
altura del manillar respecto del suelo la tengo clavada en ambas bicis en
104cm.
Pero
es curioso que la KTM tenga el eje de pedalier un pelín más bajo que la Klein
como 1cm y eso favorece a la posición de mi cuello. Es como ganarle otro cm al
manillar pero sin perder en subidas.
Barro
Tras
un año 2018 loco y su primavera loca y dos o tres meses sin dejar de llover el
primer día de pruebas teníamos un barrizal tremendo, a finales de Mayo. Con
barro muy mal. El cuadro apenas tiene luz en el paso de rueda trasera y a poco
barro que haya te quedas bloqueado. Mal estreno…
Transmisiones
2x11
Aunque
está de moda el monoplato para ir cubierto según mi opinión necesitas de un
casete 10-50 con un plato de 32 y eso a día de hoy se llama sram y es muy caro
además de cruzar la cadena un huevo, y la oferta la tenía en ktm en 2x11.
En
1x11 el casete no me gustaba el último salto de un 37 a un 46… le falta
linealidad.
El
2x11 lleva platos 26-36 y casete 11-42. Con esta combinación vas perfecto. No
he echado en falta desarrollo ni por arriba ni por debajo, la cadena va sin
cruzar y los repuestos son más baratos. Como no competimos creo q es la
solución perfecta para llevar cambios tradicionales. Me encantaría probar un
Pinion pero eso es otra historia.
Conclusion
Al
igual que con la Klein el ciclismo de montaña paso a otro nivel creo con la KTM
de 29 pasará lo mismo, que le damos otro puntito mas al tema.
La Klein seguiré utilizándola para ir con la
descendencia con el remolque enganchado y algún día que otro la sacare de paseo
entre semana. Si no fuese así, siempre puedo colgar el cuadro en la pared del
taller de casa."
Comparto ahora mi experiencia con este cambio de bici, si habéis tenido la paciencia de seguir leyendo hasta aquí. Debo empezar diciendo que la motivación que me ha llevado a pasarme a las ruedas grandes no ha sido correr más, ni bajar mejor ni experimentar ninguna de las ventajas con que se vienen vendiendo las 29" desde hace años. Ha sido más bien un alto porcentaje de capricho unido a altas dosis de postureo. He sido víctima de las necesidades creadas por mercado y lo reconozco. Y me he dejado un poco. Y me ha dado hasta gustito, así que lo escribo con la cabeza alta. En realidad no creo haber renegado nunca ni de las 29, ni del carbono ni de ningún avance. Todo lo contrario, los valoro. Lo que sí me rechina es que se nos obligue al cambio. Pero bueno, al final el usuario es soberano y a la vista está que lo que se queda es lo que merece la pena. Si no observad cómo hemos rechazado las fat bikes, que iban a ser la solución definitiva a todos nuestros problemas y se han quedado por el camino.
Mi bicicleta habitual de 26" no era la máquina definitiva pero no estaba mal. Era (es) una mezcla de componentes elegidos cuidadosamente para dar un resultado ligero sin recurrir al carbono, siendo 100% de aluminio. En una de sus configuraciones, sin frenos de disco, estuvo en 9,8 Kilos, que para ser talla 20 es un peso bastante digno. No me deshago de ella ni mucho menos. Será la bicicleta que use en mis rutas por Las Navas del Marqués, seguirá dando servicio mucho tiempo.
Desde que probé la Mondraker Factor en el pueblo de Jaime el cuerpo me pedía una doble. Y bien cierto es que hay dobles en 26" a precio de risa en las plataformas de anuncios de segunda mano, pero ya puestos a cambiar me parecía oportuno irme a 29". No obstante me hubiera ido de cabeza a por una Cannondale Habit de haberse esta cruzado en mi camino aún siendo 27,5. Se me puso una a tiro, pero no pudo ser. Tal vez en el próximo cambio
Con determinado presupuesto y las siguientes premisas pedí ayuda a Jaime y a Cristian, que son experimentados buscadores:
Doble suspensión de como mucho 130mm.
29" o 27,5 si se trata de una Habit.
Talla L, por supuesto,
Que estuviera lo suficientemente cerca como para poder verla y probarla antes de comprarla.
Preferiblemente con cuadro de carbono, primando en cualquier caso la calidad del cuadro y la horquilla sobre el resto de componentes.
Preferencia por monoplato.
Cannondale Habit, BH Lynx, Merda One-Twenty, Specialized Camber o Epic eran modelos que me hacían "tilín".
Y aparecieron muchas bicis, realmente. La mayoría las descarté, algunos vendedores no contestaron, y con otros no llegué a un acuerdo económico, hasta que apareció una Ghost AMR 7 LC de 2015.
Como no iba a por un modelo concreto y estaba abierto a cualquier posibilidad dentro de las premisas anteriormente descritas me cuadró bastante. Montada 100% en Shimaon XT tenía la garantía de transmisión y frenos, si bien no era monoplato. Cuadro de carbono con trasera de alumino, de mi talla, claro está, y con suspensiones FOX.
Ejes de 15 y 12 mm, cableado interno, predalier pressfit, dirección tapered, discos de 180mm... y una serie de tecnologías ya asentadas en el mercado y a las que he accedido de golpe. No tiene ejes boost, no se puede pedir todo.
Si bien los periféricos iban firmados por la propia marca y estaban construidos en aluminio y las ruedas simplemente cumplían (aún con bujes XT) al 85% era lo que iba buscando de manera que contacté con el vendedor y cerramos el trato para satisfacción de ambas partes tras una pequeña revisión visual y mínima prueba de la bicicleta.
Le di la enhorabuena al antiguo propietario por lo bien conservada que estaba la bici. Sin duda cuidada con esmero y me fui para casa más contento que unas castañuelas.
Le cambié los puños (algo gastados) por unos de silicona, puse el sillín en la posición que a mi me gusta, lo mismo que las manetas y a probar la bici a la Casa de Campo, que lo mejor para valorar un cambio es un recorrido conocido. Y el de la Casa de Campo es un circuito que podemos hacer de memoria.
Como tengo la sensibilidad de un leño me cuesta valorar las diferencias. También habra sensaciones derivadas del nuevo diámetro de rueda y sensaciones derivadas de la doble suspensión. Trataré de ser lo más preciso posible. Cuando haya rodado más con esta bicicleta tal vez edito esta entrada para añadir más información.
Llaneando el desarrollo más largo que tengo es un 11-38 frente a los 11-42 que tenía en las 26". Si echamos mano de las matemáticas vemos que con este desarrollo avanzo 7,88 m por pedalada mientras que con la 26" avanzaba 7,84 m. Esto datos los he recogido de aquí. De manera que si la ciencia no miente, tengo que mover menos desarrollo para avanzar más. Eso mola, sin duda. Y dudo mucho que llegue a darse el caso de que me quede sin desarrllo por ir demasiado rápido.
Subiendo no he notado gran diferencia, pero porque no me ha tocado subir
por cuestas demasiado empinadas. Entiendo que llegados a ese punto la
ligereza de las rígidas de 26" marcará la diferencia, frente a los casi
13 Kg que pesa la Ghost. No obstante, no soy yo de batir records y si
tengo que subir más despacio no me preocupa demasiado. ¡Aunque lo mismo es complicado subir más despacio de lo que lo hago con la 26"!
Bajando por senderos voy mucho más seguro gracias a los 100mm de suspensión del eje trasero, si bien no he tenido la ocasión (porque no tengo a mano la bomba de alta presión) de configurar las suspensiones para mi peso. Entiendo que en tramos con "flow" la diferencia se minimiza y las 29" y la suspensión trasera se agradecen cuando toca rodar por raices, piedras y roderas. Ahí estoy seguro de que el plus de seguridad se hará notar.
La pregunta es si merece la pena el cambio de 26" a 29". Para mi, la respuesta está llena de matices:
¿Quieres competir? Recomiendo el cambio por el punto extra de velocidad punta que proporcionan.
¿Quieres darte el capricho y/o posturear? Allá cada uno con lo que hace con su dinero. Yo me lo he dado.
¿Tienes una 26" de calidad y no te importa el crono? Quédate con tu 26". Mucha gente ha malvendido sus bicicletas para comprar 29" de peor calidad, como decía Jaime.
¿Son más torpes las 29"? En teoría sí, pero cada vez menos porque las geometrías han ido evolucionando. Yo no he notado mucha diferencia (soy un leño). Sí aportan un plus de seguridad al paso por piedras, escalones, etc.