Perdedora Losareña – Losar de la Vera – 31/08/2019

Las rutas en bici por Losar de la Vera son espectaculares. Lee esta crónica con detenimiento que te va a gustar.

 

Este 2019 la visita a Losar de la Vera se celebró el último fin de semana de agosto y fuimos seis los amigos en acudir a la cita aunque Pablo y Sergio, como buenos perdedores, no se llevaron la bicicleta para hacer la ruta propuesta por Jaime.

Primera parada para refrescarsePrimera parada para refrescarse

 

El recorrido partía, naturalmente, de Losar de la Vera en sentido sureste para rodar por pistas y senderos hasta el embalse de Navalmoral de la Mata y volver a Losar de la Vera pasando por Robledillo de la Vera en un recorrido, este el de vuelta, ya conocido de rutas anteriores.

Track disponible en Wikiloc

 

No sabría deciros con exactitud el desnivel positivo acumulado ya que, como siempre, distintas aplicaciones arrojan distintos datos. Desde los 500m+ que da Wikiloc hasta los 650m+ que señalaba el Garmin de Christian.

Datos de la ruta. cortita pero muy chulaDatos de la ruta. cortita pero muy chula

 

El perfil, como podéis ver, no presenta grandes ascensiones. El desnivel se iba acumulando a lo largo de toda la ruta… Especialmente la segunda mitad.

Perfil de la ruta. Sube-baja constantePerfil de la ruta. Sube-baja constante

 

A las ocho menos cuarto de la mañana, aún amaneciendo, comenzamos la ruta… Desayunando ligero.

Madrugando para salir en bici y evitar el calorMadrugando para salir en bici y evitar el calor

 

Una barra de pan con tomate y jamón (yo preferí unos churros) y un cafelito nos darían energía suficiente como para afrontar los 30 kilómetros de ruta. El año anterior nos cayó una buena chupa de agua hasta el punto de tener que resguardarnos debajo de un roble antes de llegar a Robledillo de la Vera, pero en esta ocasión el protagonista fue el calor que a mí en concreto me sienta como un tiro.

Barra de pan con tomate y jamónBarra de pan con tomate y jamón

 

Churros para míChurros para mí

 

Los dos primeros kilómetros, la salida de Losar, los hicimos por carretera. Concretamente la que lleva a Navalmoral de la Mata. Luego comenzó lo bueno tomando un sendero a la derecha estrecho y con mucho escalón de roca que hizo mis delicias. Precioso sendero que espero que Jaime incorpore en futuras ediciones de la Perdedora Losareña, como podemos empezar a llamar a esta ruta que ya tiene cierto caracter recurrente.

 

Tras cruzar la carretera EX-119 comenzamos a pistear por la dehesa antes de adentrarnos en el bosque de pinos, robles y eucaliptos. Los helechos eran muy abundantes pero estaban secos. La sequía también ha pasado factura en este paraje. Aún así, con la luz del amanecer extremeño, el paisaje ganaba enteros y daba gloria dar pedales.

¡Fotaza!¡Fotaza!

 

Paramos en una fuente a refrescarnos, que veníamos de la primera subida larga de la ruta, y aproveché para cambiar el agua del bidón, ya calentorra, por el agua fresca del chorro de la fuente.

Seguimos la ruta por pista de muy buen rodar. Así da gusto hacer kilómetros, con buena superficie y buena compañía los kilómetros pasan rápido. Jaime quiso incluir en el recorrido un sendero inédito para él que tenía dos partes separadas por una pista. La primera con mucho «flow», peraltada y con algún salto artificial. Se ve la mano del hombre en su preparación. ¿Es lícito? Habrá quien diga que no, que el monte no debe alterarse y habrá quien diga que está para disfrutarlo y que preparar un sendero no hace mal a nadie.
En la segunda parte del sendero nos perdimos. Está un poco perdido y acabamos saliéndonos del mismo hasta llegar a un punto donde no se podía avanzar sobre la bici. Mirando los GPS vimos que el sendero estaba pocos metros a nuestra derecha, así que volvimos al track… pero Miguel llevaba la rueda trasera en el suelo. Le metimos aire pero lo perdía rápidamente. Ibamos a meterle líquido sellante (Siempre llevamos un bote pequeño en la mochila para emergencias) pero al meterle aire este salía mezclado con el aire… ¡por el flanco de la cubierta! Estaba desgastada hasta el punto que se veían los hilos que van por debajo de la goma. No era posible reparar ese tubeless, había que poner una cámara.

El siguiente problema fue que no podíamos quitar la tuerca de la válvula con la mano, estaba muy apretada y no teníamos un alicate. Por suerte contamos con el cerebro de Jaime que haciendo coincidir las estrías de una brida con las de la tuerca pudo sacar la tuerca sin dificultada. Tomad nota, es un buen truco para compartir.

Truco casero para sacar la tuerca de la válvulaTruco casero para sacar la tuerca de la válvula

 

Así que procedimos a cambiar la cubierta en mitad de la nada absoluta. Se notaba que por allí hacía mucho tiempo que no pasaba nadie. La cubierta de agujas de pino llegaba al palmo de espesor en muchos tramos haciendo complicado el pilotaje.

 

Y que siempre sea el mismo...Y que siempre sea el mismo…

 

Antes de salir de nuevo del sendero a la pista aconteció uno de los momentos más graciosos de la ruta

 

Instantes antes del vídeo que acabáis de ver Miguel, empeñado en sumar «loser points» a toda costa, se fue al suelo CAMINANDO CON LA BICICLETA. Pero os digo una caída de las de acabar con la espalda en el suelo y los pies para arriba, con todas las consecuencias. Caerse de la bici es lamentable pero caerse caminando con la bici es de un ridículo difícil de asumir. Enhorabuena, Miguel, encabezas la lista de Perdedores por goleada.

La ruta seguía pasando por encima de la presa del embalse de Navalmoral de la Mata y subiendo hasta Robledillo de la Vera por un paraje desprovisto de sombra. Por suerte soplaba una ligera brisa que nos fue «refrigerando». Vi el pilón de Robledillo como el que se pierde en el desierto y ve un oasis. Me faltó meterme dentro del agua, por decoro me abstuve, pero me remojé «a mano» todo el cuerpo, que falta me hacía.

 

El recorrido de vuelta de Robledillo a Losar es conocido, lo he hecho en dos ocasiones. Así que cuando Jaime dijo que era llano le dije que a otro perro con ese hueso, me constaba que tocaba seguir sufriendo.
Subimos por la carretera CC-76 hasta la «Hospedería del Silencio», que rodeamos para tomar un sendero divertido pero con que a más de uno se le atragantó.

 

Como puede intuirse en el víedo, Miguel se la pegó. Tocó con el pedal en una roca y salió por encima del manillar. Afortunadamente sin consecuencias. Últimamente siempre veo las caídas por ir inmediatamente detrás del accidentado, tenedlo en cuenta, Perdedores, cuando hagamos rutas. Evitad ir delante mía que tengo gafe frontal.

Pocos metros más adelante fue el turno de Jaime de irse al suelo, algo muy difícil de ver, como el Cometa Halley o los esquimales. El sendero de marras termina atravesando un arroyo en una vaguada muy pronunciada en la que Jaime clavó la rueda delantera saliendo despedido de la bici de forma oblicua. Por suerte también sin consecuencias físicas, obviando un arañazo nada despreciable que produjo el pulsador de cambio al pasar por encima del tubo horizontal. A ver cómo reparamos eso, Jaime…

Tocaba apretar los dientes y los riñones. Unos cuantos metros de fuerte subida con el sol ya en plan castigador me pusieron en mi sitio. Pero qué será que conociendo el recorrido se le hace a uno psicológicamente más llevadero… Sabía que quedaban 5 Km y que serían de sufrir así que sin pensarlo demasiado y dando un pedal después del otro llegamos de vuelta a Losar con la recompensa de una cervecita fresquita y la promesa de un baño en la Garganta de Cuartos con la familia y los amigos. No se me ocurre mejor premio.

Gracias, Jaime, por guiarnos una vez más. El año que viene sin duda repetiremos. Vete diseñando el recorrido de la Perdedora Losareña 2020 pero que sea lo más llana posible, ya sabes… 😏

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