Hemos aprovechado la primera mañana de primavera que nos ha concedido este lluvioso 2013 para salir en bicicleta por la Casa de Campo de Madrid. Unos pocos kilómetros y coger un poco de forma ya que la falta de actividad durante el invierno nos ha pasado factura.
Sergio y yo habíamos quedado a las 10:30 en la puerta del Zoo y ya se veía mucho movimiento tanto de deportistas de toda índole como de familias que acudían a ver a los animales con los más pequeños.
Hemos empezado haciendo nuestro recorrido habitual subiendo hasta la valla del metro para llegar hasta el lago pero un poco más adelante en vez de subir Garabitas como solemos hacer hemos optado por subir hasta la «cuesta de la muerte» para explorar un sendero que sale a su izquierda, pegado a una alambrada, que me habían recomendado.
El sendero, nuevo para todos nosotros, lleva sin perder cota hasta la pista que corre perpendicular a la «cuesta de la muerte» por la parte de abajo. Hemos seguido esta pista hasta casi el muro, pero un poco antes hemos tomado un sendero que nos ha llevado directamente a Garabitas. De manera que hemos aprendido una manera más entretenida de llegar hasta allí que la conocida carretera que siempre utilizamos.
Emanan perdedorismo
Una vez en Garabitas hemos seguido en dirección norte y hemos bajado por el sendero de los peraltes que tanto nos gusta. Hemos retomado nuestro recorrido habitual hasta el carril bici.
Aunque yo ya iba con las fuerzas justitas Sergio se encontraba con ganas y ha propuesto hacer de nuevo Garabitas. De manera que hemos vuelto a subir, esta vez por carretera. Pero en esta segunda ocasión hemos bajado por los senderos que salen a la izquierda de la carretera de ascenso. Ha sido una buena decisión porque hemos disfrutado de unos cuantos minutos de bajada por unos divertidos senderos que yo, al menos, no conocía.
Me da un poco de rabia no haber puesto el GPS a grabar el track. Pero espero poder repetir el recorrido otro día para subirlo y así compartirlo. En total han salido unos 25 Km.
Como toda ruta que se precie debe terminar con un refrigerio. La excelente mañana invitaba a hacerlo, esta vez, al aire libre.
Lo mejor es la cerveza de después