Carril El Asperillo

«El Asperillo» es un carril bici entre Matalascañas y Mazagón.

¿De qué estamos hablando?

Los lectores habituales de este blog estaréis al tanto de que hemos estado pasando una semanita de vacaciones en familia en la provincia de Huelva, en el camping Doñana. No pude dejar pasar la oportunidad de llevarme una bici para «explorar» aquellos caminos y si bien mi primera ruta no me satisfizo demasiado esta segunda fue más de mi agrado. En primer lugar porque me llevé los auriculares y escuchando el podcast de BiciLab (recomendable) es raro que me aburra. En segundo lugar porque el propósito de esta segunda salida en bici era meramente rodar sin pretensiones de ningún tipo por el carril Asperillo que como digo une las localidades de Matalascañas y Mazagón con la idea de tomarme un cafelito y volver al camping habiendo hecho un poco de ejercicio.


El camino consiste en un trazado paralelo a la carretera A-494 que mezcla tramos de tierra (la mayoría) con firme muy bien compactado con tramos de cemento (o lo que sea) permitiendo rodar a buena velocidad sin apenas esfuerzo porque como todo alrededor el desnivel es prácticamente nulo.

Vámonos

Así que tras vestirme de ciclista y salir del remolque-tienda haciendo el menor ruido posible salí del camping y tomé el carril a la izquierda en dirección Mazagón.

 

Alguna vez tendremos que escribir una entrada sobre lo versátil que es el ciclismo de montaña. Es probable que ninguna otra disciplina deportiva admita tantísima variedad de usuarios. Me explico: tenemos desde los ciclistas que compiten, entrenan y viven este deporte con el foco puesto en la competición o en el rendimiento deportivo hasta los que, como yo en la mayoría de los casos y en esta ruta en particular, salimos a dar un paseo a nuestro ritmo, que nos sirve de terapia y nos carga las pilas. El aspecto deportivo, en este caso, es completamente secundario. Decidme qué otro deporte admite este abanico tan amplio de formas de ser entendido (dejadlo en comentarios y recordad dar a «like» y suscribiros).

Pues bien, pensando en estas cosas, saludando amablemente a los demás ciclistas que me iba encontrando por el camino y escuchando mi podcast llegué sin darme cuenta a Mazagón.

 

La paradita

Se me ocurrió la idea de tomar un café así que me puse a buscar un bar… pero parece mentira que me costara tanto encontrarlo. En la Avenida de los Conquistadores, a pie de playa, ni un solo establecimiento comercial. Así que tuve que recorrer Mazagón entero hasta encontrar un barecito donde satisfacer mi necesidad de cafeína.

 

Voy de vuelta

Con este problema resuelto me puse en marcha pero en vez de volver por donde había venido recorrí unos cuantos cientos de metros por la carretera hasta encontrar de nuevo el carril bici. Volví con parsimonia al camping donde disfruté de otro café, esta vez con tostadas. No hay nada como una salida relajada para quitarse el mal sabor de boca de una salida anterior que no sale exactamente como uno tiene planeado. Eso sí… no estoy demasiado en forma, todo hay que decirlo. Es que con el calor, qué quieres que te diga, da mucha pereza hacer esfuerzos.

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