¿Quiénes somos?


No somos los más rápidos, ni los más técnicos, ni los que mejor suben, ni los que mejor bajan, ni los que más kilómetros hacen, ni los que más pulsaciones alcanzan, ni los que mejores bicicletas tienen, ni los que más entrenan, ni los que mejor saltan, ni los que mejor derrapan, ni los que mejores caballitos hacen, ni los que mejor pasan por trialeras, ni los que mejor vadean ríos y arroyos, ni siquiera los que mejor se toman las cañas de después. Somos todo lo contrario, somos diferentes, somos perdedores.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Piedras contra nuestro propio tejado

He estado viendo un vídeo que ha compartido el primo Christian en el grupo de Whatsapp de Perdedores BTT. Lo inserto directamente en esta entrada aunque no es el objeto sobre el que escribiré, posiblemente, la entrada más impopular del blog.


Mientras veía escenas como las de los minutos 9:48, 9:58 o 12:40 me ha venido a la mente una idea que posiblemente molestará a muchos de vosotros: degradamos los caminos y además  hacemos apología y no nos damos ni cuenta (yo el primero).

El primer argumento que se esgrime para prohibirnos disfrutar del monte es que erosionamos el terreno y... no nos engañemos: derrapar, salirnos de los caminos o abrir nuevas trochas no es la mejor práctica para mantenerlos intactos tras nuestro paso.

Podéis encontrar un informe al respecto de la erosión ocasionada por las marchas ciclistas y su minimización aquí. Lo leí hace unos meses, hoy me ha vuelto a la memoria.  Lo firma Estela Inés Farías Torbidoni del Instituto Nacional de Educación Física de Cataluña


Básicamente concluye que las marchas ciclistas tienen impacto sobre el terreno por el que discurren pero que este puede minimizarse siguiendo unas pautas... como las que recomienda IMBA (International Mountain Biking Association) en una de sus publicaciones:


Pero más a nivel ciclista y menos a nivel organizativo, vamos... algo que todos nosotros podemos observar, IBMA España enumera muy claramente en su web una serie de normas de recomendado (yo diría obligado) cumplimiento por el bien de la integración del colectivo ciclista con el resto de usuarios de la montaña y que reproduzco tal cual. Son las reglas del camino:

  • Monta únicamente en caminos permitidos: sigue el camino establecido. Respeta la propiedad privada y las prohibiciones. Entérate en los Ayuntamientos, sobre cuales son las limitaciones existentes para el libre paso por la zona.
  • No dejes huellas de tu paso: trata de no dejar huella, controlando la frenada y evitando los derrapes. El derrape produce una erosión innecesaria del terreno. No arrojes basura.
  • Controla tu bicicleta: Adapta tu velocidad a las condiciones del camino y a la visibilidad. El control te permitirá evitar accidentes y derrapes.
  • Cede siempre el paso a otros usuarios: la base de la convivencia entre ciclistas y peatones reside en ceder el paso. Avisa de tu llegada con tiempo y reduce la velocidad hasta pararte si es necesario.
  • Nunca espantes a los animales: estas en su medio, y posiblemente no estén acostumbrados a tu presencia. Se respetuoso y no hagas ruido innecesariamente. Vuelve a cerrar las verjas que cruces.
  • Planifica tu salida: especialmente en caso de hacerlo por alta montaña, debes ser autosuficiente en todo momento, y conocer tu nivel (físico y técnico), el equipamiento, y la bicicleta (mantenla en buen estado), escogiendo el recorrido en función de todo ello.
  • Utiliza siempre el casco: úsalo siempre por tu seguridad y la de los que te acompañan.
  • No utilices auriculares:disfruta de los sonidos de la naturaleza y advierte posibles peligros

¿Qué ciclista de montaña no suscribiría este decálogo? (sí, son ocho pero la RAE dice que se puede aplicar el término "decálogo" aunque las reglas no sean diez). Seguramente todos estamos de acuerdo, ¿verdad? Pues yo, a lo largo de los años, afirmo haber incumplido todos. Los ciclistas en general y los madrileños en particular (perdonadme si leéis este entrada desde fuera de Madrid por hacer este "zoom") estamos en el punto de mira. Se nos quiere echar de la Casa de Campo y se ha firmado el PRUG de la Sierra de Guadarrama limitando enormemente el uso de la bicicleta de montaña. Y en muchos casos nos escudamos en el "tú más" para no ver nuestra propia realidad. Hagamos el ejercicio de reflexión. Debemos defendernos en tres frentes: administraciones, otros colectivos (senderistas, trail runners, jinetes, cazadores...) y sobre el que más margen de acción tenemos, nosotros mismos.

No son de recibo en ningún caso, faltaría más, actitudes como la sinvergüenza de este vídeo que se ha hecho viral y que en su huida hacia delante se justifica alegando que los ciclistas tienen prohibido circular por ese sendero. Tenga o no razón, no es quién para cortar el paso de ninguna de las maneras aunque no atenten contra la integridad de las personas.


Espero que haya sido denunciada, pero lo que me gustaría realmente es que no sintiera esa hostilidad contra nosotros. ¿De dónde vendrá? eso es lo que necesitamos saber para poder combatirla. Confío en que en un futuro podamos disfrutar todos del monte, es muy grande y hay sitio para todos.

domingo, 18 de noviembre de 2018

¿A setas o a Rolex?

Muchos de vosotros os sabréis el chiste que dice que van dos amigos buscando setas y uno de ellos se encuentra un Rolex y el otro le recrimina que han venido a setas y no a Rolex. Esta mañana de otoño no se me quitaba el chiste de la cabeza porque no tenía muy claro si iba a setas o a bicis.


Amaneció el día muy nublado y el termómetro marcaba 6º pero como no soplaba viento con las tres capas habituales, unos buenos guantes y un culote largo iba de sobra preparado para salir a rodar por los pinares.


A las nueve de la mañana ya me crucé numerosos ciclistas, algunos en grupo y otros en solitario. El primero debió extrañarse al verme casi saltar de la bici al ver la primera amanita a pocos metros del camino.


Viendo la cantidad de setas que habían salido daban ganas de ponerse a buscar níscalos (las únicas que reconozco, si os soy sincero) pero habíamos venido a bicis, no a setas, así que me limité a echar fotos a alguna seta que me había llamado la atención cuando no podía aguantarme las ganas.


La ruta elegida, salvo una pequeña variante, la he recorrido mil veces pero nunca con tanto gusto como hoy. Había zonas por las que merecía al pena ir lo más despacio posible. La niebla, el olor, la temperatura, el silencio... La primavera es muy agradecida desde el punto de vista ciclístico-paisajista por su exuberancia pero si sale un día de otoño como el de hoy... muy pocos aficionados a la naturaleza podrán negar su atractivo.


Más setas y más setas y más setas. Cuando se ven desde el camino rodando en bici es porque hay muchas y de buen tamaño. Hace un par de semanas cayó algo de nieve por la zona por la que transcurre la ruta de esta entrada, Las Navas del Marqués, dando al traste, supuestamente, con la temporada micológica pero para mi (grata) sorpresa parece no haber sido así.


La ruta no llega a 20 Km. Puede hacerse a pie, de hecho. El desnivel positivo acumulado, además, no es demasiado acusado. 267m según el algoritmo de wikiloc.

La ruta puede descargarse de Wikiloc

Poco después se puso a llover. Por suerte mi ruta había terminado y no me tocó mojarme como a uno de los grupos de ciclistas con los que me crucé al principio y que horas más tarde vi volver a Las Navas del Marqués bajo la lluvia.



En fin, uno de esos días en los que merecería la pena congelar el tiempo para salir a montar en bici (o a coger setas) una y otra vez.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Las Lagunas de Ruidera - 02/11/2018

Me estoy aficionando a llevar la bicicleta de viaje si veo que el destino y el plan previsto me permiten disfrutar de un rato de ciclismo de montaña. Tal fue el caso del pasado puente de Todos los Santos. Teníamos ganas de conocer las Lagunas de Ruidera y aprovechamos el festivo nacional para pasar unos días conociendo el parque natural y disfrutando de la naturaleza y de la gastronomía en familia.


Como además es tan fácil, gracias a plataformas como Wikiloc, encontrar recorridos que otros usuarios hayan compartido con anterioridad me fui con la ruta seleccionada y todo:

Disponible en Wikiloc

En mi caso, alojado en Ossa de Montiel (que por cierto es la casa de Berria Bike), comencé la ruta en el pueblo en vez de en las Lagunas en sentido anti-horario. Siendo circular, claro, lo mismo da que da lo mismo.


A mi me salieron casi 35 Km en vez de los 29 indicados por Wikiloc. Reconozco que me perdí alguna que otra vez. El desnivel acumulado en este caso es mínimo, pero la orografía del terreno permite a los amantes de las ascensiones darse muchas alegrías. Y como todo lo que sube al final baja, lo mismo aplica a aquellos a los que les gusta tirar para abajo.


Alrededor del pueblo abundan las pistas y cuando comencé la ruta rodando por una superficie arcillosa me temí lo peor: atasco de barro en el paso de las ruedas por lo pegajoso del firme. Pero para mi sorpresa, todo lo contrario. Se rodaba de maravilla. Los días anteriores había llovido y había algunos charcos, pero en ningún tramo el terreno me jugó ninguna mala pasada.


En este primer tramo se rueda generalmente entre encinas pasando junto a campos de labor en los que la llanura manchega se manifiesta con toda su enormidad. Es en estos tramos más desprovistos de vegetación donde el viento, sin llegar a ser frío aún en las primeras horas del día, me incomodó un poco. Una vez el sol hubo le hubo ganado la batalla a las nubes, el día se preparó perfecto para disfrutar de la ruta.


Tal vez por ser día laborable no me encontré con ningún alma en la primera parte del recorrido, desde el pueblo hasta las lagunas, hecho este que unido a que el track me llevaba por cañones algo cerrados me produjo algo de desazón... o respeto, qué leche, porque de haber tenido una avería o accidente veríamos cómo se plantearía el rescate. Me da por pensar estas cosas, qué le vamos a hacer.


Tras un pronunciado descenso precedido por un bloqueo en el camino llegamos a las lagunas a la altura de la cola de la Laguna de la Colgada. La segunda parte del recorrido, según la distinción particular que he planteado en función de las diferencias paisajisticas, discurre por la carretera que bordea las lagunas hasta llegar al final de la Laguna de San Pedro.


Colores de otoño, caídas de agua y mucha tranquilidad aún a esa hora de la mañana me acompañan en mi recorrido. Hago una parada al ver a varios pescadores probando suerte y aprovecho para preguntarles. Me hago ilusiones cuando dos chavales jóvenes muy amablemente me enumeran la variedad de especies que habitan las aguas del parque. Pena de no haber tenido tiempo para dedicarme a tentar a los peces en este viaje... tal vez en el próximo.


Me llama mucho (y gratamente) la atención el equilibrio que percibo entre la permisividad para el disfrute de este espacio natural (están permitidos los deportes acuáticos, el baño, la pesca, hay mucha oferta de ocio...) y las medidas para su protección, que las hay. Hay zonas por las que por su alto valor ecológico o geológico no se puede ni caminar. No tengo criterio para saber si las restricciones son pocas (desde luego, no me parecen muchas) y con el tiempo tendrán que ser más estrictas, pero que se pretenda un modelo de ocio sostenible me parece un gran enfoque. Claro que, siendo este parque natural el motor económico de la comarca (y este es un dato que me acabo de sacar de la manga pero que no parece disparatado) junto a la estela del caballero de la triste figura, no puede ser de otra manera que se explote en la medida de lo posible. Tal vez con cierto abuso en tiempos pretéritos (pero no tanto) como demuestran algunas construcciones de viviendas más propias de un mal barrio de cualquier ciudad que de un paraje tan impresionante como el que nos ocupa.


Y habiendo dejado esa reflexión de tres al cuarto termino esta entrada describiendo la tercera parte de la ruta, la que nos lleva de vuelta a Ossa de Montiel.

Siempre rodando por pistas anchas y con buen firme hacemos frente a un par de rampas que no suponen demasiada dificultad. El paisaje pierde en cierto modo interés: campos de labor: fincas particulares, un polígono industrial... más allá de disfrutar de la vista en lo alto de un cerro desde el que por primera vez se ven los tejados del pueblo desde nuestra partida no merece la pena entrar a detallar este trayecto.

Este recorrido unido a la ruta de la senda del pie de enmedio de  6 Km que hicimos a pie y varios itinerarios en coche me han permitido hacerme una idea bastante precisa de lo que ofrece el parque y sus alrededores desde el punto de vista ciclístico. Merece mucho la pena si, como a mi, en entorno supone el mayor aliciente (con excepción de la compañía, claro) para salir al monte en bicicleta. No faltan las cuestas, las carreteras poco transitadas, los senderos y las pistas. Ni los bares donde tomarse una cervecita, claro.