Alguna vez tendremos que escribir una entrada sobre lo versátil que es el ciclismo de montaña. Es probable que ninguna otra disciplina deportiva admita tantísima variedad de usuarios. Me explico: tenemos desde los ciclistas que compiten, entrenan y viven este deporte con el foco puesto en la competición o en el rendimiento deportivo hasta los que, como yo en la mayoría de los casos y en esta ruta en particular, salimos a dar un paseo a nuestro ritmo, que nos sirve de terapia y nos carga las pilas. El aspecto deportivo, en este caso, es completamente secundario. Decidme qué otro deporte admite este abanico tan amplio de formas de ser entendido (dejadlo en comentarios y recordad dar a "like" y suscribiros).
¿Quiénes somos?
No somos los más rápidos, ni los más técnicos, ni los que mejor suben, ni los que mejor bajan, ni los que más kilómetros hacen, ni los que más pulsaciones alcanzan, ni los que mejores bicicletas tienen, ni los que más entrenan, ni los que mejor saltan, ni los que mejor derrapan, ni los que mejores caballitos hacen, ni los que mejor pasan por trialeras, ni los que mejor vadean ríos y arroyos, ni siquiera los que mejor se toman las cañas de después. Somos todo lo contrario, somos diferentes, somos perdedores.
viernes, 29 de julio de 2022
Camino Verde entre Mazagón y Matalascañas
Alguna vez tendremos que escribir una entrada sobre lo versátil que es el ciclismo de montaña. Es probable que ninguna otra disciplina deportiva admita tantísima variedad de usuarios. Me explico: tenemos desde los ciclistas que compiten, entrenan y viven este deporte con el foco puesto en la competición o en el rendimiento deportivo hasta los que, como yo en la mayoría de los casos y en esta ruta en particular, salimos a dar un paseo a nuestro ritmo, que nos sirve de terapia y nos carga las pilas. El aspecto deportivo, en este caso, es completamente secundario. Decidme qué otro deporte admite este abanico tan amplio de formas de ser entendido (dejadlo en comentarios y recordad dar a "like" y suscribiros).
martes, 26 de julio de 2022
Ruta (llana) por el Parque Nacional de Doñana
En primer lugar, os pido disculpas por la horrible rima del título de esta entrada pero no me he podido resistir. Lo siento.
Este año el destino elegido para la semana de camping ha sido Huelva y no podía dejar pasar la oportunidad de llevarme una bici y hacer alguna que otra ruta por el Parque Nacional de Doñana. No hace falta explicar mucho sobre Doñana, solo dejaré un enlace para que el lector curioso ahonde si ese es su deseo.
Como la bicicleta iba a pasar horas desatendida en la parcela del camping, aunque nunca he tenido ningún problema de robos he preferido llevarme la RCZ que es una bicicleta de calidad con la que puedo hacer rutas con garantías pero, por desgracia, como buena 26" de aluminio no tiene apenas valor económico.
El sol no quería salir y se intuía plateado detrás de unas densas nubes. La fotografía (por falta de talento del fotógrafo y mala calidad de la cámara) no capta lo fantástico del escenario. Un amanecer nuboso digno de mención. Perfecto, además, para la práctica del ciclismo porque no hacía nada de calor.
Enseguida me di cuenta de que la ruta va a consistir en enlazar una pista con otra hasta completar los poco más de 30 kilómetros de recorrido. Perfecto para los amantes del gravel. Además me vi obligado a rodar por el borde del camino porque es el único sitio por el que el firme no presenta el rizo típico de los caminos que han sido muy transitados por coches. Insoportable con una bici rígida de 26".
Se me empezó a hacer monótona la ruta y eché en falta no haber llevado los auriculares para distraerme con algún podcast en mi rodar por pistas, todas iguales, atravesando parajes inalterables. Llegué a una conclusión bastante triste: no me gusta el Parque Nacional de Doñana. No dudo que desde el punto de vista biológico tenga tantísimo valor como para haber sido declarado Parque Nacional, Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad... pero a mí no me está gustando (para mi desgracia). Tampoco es que tuviera unas expectativas altísimas, pero es que durante mi ruta el paisaje solo cambió cuando pasé por una zona con eucaliptos. Porque el resto fueron todo pinos, pinos, pinos y mas pinos. Tal vez (quiero creer) no pasé por los lugares más bonitos por haber elegido una ruta que me cuadraba por localización y kilometraje sin pararme a analizar si pasaba por los sitios clave del Parque Natural... vete a saber.
Pero una cosa no quita la otra, es un lugar que hay que respetar. Y digo esto porque hacia la mitad de la ruta adelanté a un 4x4 con dos operarios que iban recogiendo basura de los laterales del camino. La mera existencia de ese servicio de limpieza ya cabrea porque... ¿Quién cojones es tan cerdo como para tirar basura en el campo? más aún tratándose de unos de los Parques Nacionales más famosos de España (si no el que más). Pues sí... al adelantarles me fui fijando y vi botellas de leche, latas de refresco, bolsas de plástico.... residuos NUEVOS ahí tirados al borde del camino. Para flipar que en 2022 aún haya gente tan poco concienciada, pero bueno, así nos luce el pelo.
Al menos, pude disfrutar de un sendero chulo casi al final de la ruta, que, por cierto, acabé por carretera, ya con calor y deseando terminar para desayunar y refrescarme un poco porque una ligera brisa había soplado en contra de mi marcha durante una buena parte de la segunda mitad del recorrido haciendo aún más penosa mi experiencia.
En el remolque-tienda di buena cuenta de ese desayuno merecido y luego nos fuimos a darnos un chapuzón a la piscina, que tampoco estuvo mal.
Para quitarme el mal sabor de boca aún hice otra salida durante mis vacaciones onubenses.
¡No os perdáis el próximo capitulo!
martes, 5 de julio de 2022
Aligerar una horquilla de muelles - Marzocchi MZ Comp
Sin prisa pero sin pausa (y con ilusión) he empezado a montar una bicicleta de rueda de 26" para mi hija mayor, Laura. La de 24" se le empieza a quedar pequeña. Para esta temporada aguantará, pero para la que viene ya veo que va a necesitar una un poco más grande así que aprovechando unos retales que tengo y comprando las piezas que me faltan le voy a preparar una bici que cumplirá su cometido a la perfección.
La horquilla es una de las piezas más importantes de una bicicleta. Como no se le va a dar un uso muy agresivo (solo tenéis que echar un ojo a cualquiera de las muchas rutas en familia que he compartido en este blog) en un primer momento pensé en montar una rígida. Ahorraría mucho peso y complejidad mecánica pero luego he pensado que tal vez rodando por caminos las vibraciones acabaran por sobrecargarle las manos y los brazos a la criatura y por eso decidí montar una horquilla de suspensión. Eso sí, con un mínimo de calidad porque esta bici tardará en quedársele pequeña (o eso espero). Y tras unas cuantas semanas de búsqueda encontré esta sencilla Marzocchi MZ Comp en muy buen estado estético y excelente estado mecánico.
Se trata de una horquilla "OEM" (Original Equipment Manufacture), esto es, una horquilla que Marzocchi no vendía suelta. La fabricaba y vendía a marcas para ser ensamblada como horquilla de serie en bicicletas de gama baja. Es, por lo tanto, una horquilla sencilla y fiable pero por contra también es pesada y, como no puede regularse demasiado, está pensada para cubrir un amplio espectro de usuarios. Esto se traduce en que para una niña de 30 kilos sin duda será una horquilla con un tacto duro.
Poco más de 2 kilos de peso no es ningún disparate para una horquilla de muelles, pero vamos a ver qué sencillo es rebajar unos gramos dándole además a la horquilla mas suavidad, haciéndola más blanda. Si quitamos las tapas de las barras podemos ver que dentro de cada una hay un muelle.
Y vemos que las tapas en sí tienen sendos ajustes de "precarga". Esto es cómo de comprimido se encuentra el muelle dentro de la barra. Podemos ver que este ajuste es sencillo. Girando el control, hacemos que el tope amarillo salga más o menos, comprimiendo el muelle en la misma medida.
Sencillamente retiramos uno de los dos muelles y volvemos a tapar las barras. Esto divide por dos la fuerza necesaria que hay que hacer para hundir la horquilla y además rebaja un poco el peso. 150 gramos para ser exactos.
Pero la diferencia de tacto es brutal. Ahora va muy, muy suave. Creo que con esta sencillísima operación he adaptado una horquilla "generalista" al uso que una niña de 11 años puede darle.