¿Quiénes somos?


No somos los más rápidos, ni los más técnicos, ni los que mejor suben, ni los que mejor bajan, ni los que más kilómetros hacen, ni los que más pulsaciones alcanzan, ni los que mejores bicicletas tienen, ni los que más entrenan, ni los que mejor saltan, ni los que mejor derrapan, ni los que mejores caballitos hacen, ni los que mejor pasan por trialeras, ni los que mejor vadean ríos y arroyos, ni siquiera los que mejor se toman las cañas de después. Somos todo lo contrario, somos diferentes, somos perdedores.

lunes, 26 de diciembre de 2022

Perdedores BTT - Balance de 2022

Válgame, otro año que se nos escapa entre los dedos. Si parece que fue ayer que estuve escribiendo la entrada haciendo balance de 2021 y ya estamos acabando 2022. ¿Eso es que nos divertimos mucho y el tiempo parece que pasa más rápido? Supongo que será eso, no me cabe otra explicación, porque tempus fugit que da gusto.

En fin, a lo que hemos venido: vamos a ver qué hemos hecho durante el año que acaba para congraciarnos con nosotros mismos o para tirarnos de las orejas, que habrá cosas que hayamos hecho mal y tengamos que corregir de cara al año nuevo. Os adelanto, no obstante, que 2022 ha sido un buen año desde el punto de vista ciclístico.

Para mí empezó estupendamente, dando pedales. Solemos celebrar la Nochevieja en familia con los cuñados, pero por culpa del Covid no pudimos reunirnos, así que nos fuimos a la casa de Navalperal de Pinares y como a las 00:30 ya estaba en la cama, a las 8:00 ya estaba en pie. Y poco después, de paseo en bicicleta por los pinares. Las vacas y yo, nadie más. 

Este es uno de mis sitios favoritos en el mundo

Me gustó tanto el recorrido que lo elegí para la BiciCoa de este año, como veréis más adelante. Además hizo un día excelente, con solazo y buena temperatura. 

En 2022 el blog ha cumplido 10 añitos y me apetecía hacer un articulito hablando de las cinco entradas más visitadas. La mecánica es el denominador común del top 5 de Perdedores BTT. Creo que cada vez hacemos menos entradas de cacharreo, pero seguimos dedicándole tiempo. A algunos nos gusta tanto como montar en bici. Echad un ojo, sin ir más lejos, a una de las últimas entradas del año, el montaje de bicicleta infantil que Jaime ha hecho para su niño. 

Mirad el vídeo del montaje que merece la pena

También pusimos al día la antigua bici de Jesús para que pudiera venderla en condiciones antes de comprarse una nueva. La dejamos tan, tan fina que me dio una pena enorme que se la llevaran. Era una Trek Fuel EX8 preciosa. Se me pasó por la cabeza ser yo el que la comprara para usarla en el pueblo o en el chalet pero finalmente las fuerzas del bien triunfaron y me abstuve, que ya son bastantes bicis.

El mecánico decía que había que cambiar de frenos pero solo había que limpiar y purgar

Y lo digo porque me compré una bici noventera, muy sencilla, pero tirada de precio. La modifiqué bastante porque la idea era usarla para ponerle unas alforjas y hacer rutas sencillas, generalmente con la familia.

Conor PRO 750 SP

El resultado no es nada del otro mundo, pero cumple. Le cambiaré la horquilla por otra con el tubo de dirección más largo, que me duele el cuello con la que lleva, y como la idea es usarla, ya sabéis, para hacer viajes larguísimos a base de interminables jornadas de pedaleo de sol a sol recorriendo el mundo conocido (y si me apuras parte del mundo sin conocer) pues no puede ser que a la media hora tenga el cuello dolorido y agarrotado porque así no llegamos ni de Leganés a Fuenlabrada. 

Lista para recorrer mundo

Con los retales sobrantes de esta bici y piezas del cajón de sastre monté otra bici que vendí por más de lo que me costó la Conor, así que todos contentos. También me dio un poco de penica despedirme del cuadro BH Top Line pero la vida es así y desde hace años tengo la creencia de que las bicis no son de nadie, pertenecen a la humanidad. Simplemente vienen y van. Pasan por nuestras vidas, nos la alegran durante un tiempo, hacen su trabajo y luego se van. Vamos... como Mary Poppins pero con ruedas (lo mismo esta es la comparación más tonta que he hecho en mi vida).

Se quedó una bici bastante apañadita y 100% usable

El ciclismo en familia sigue teniendo protagonismo en el seno de Perdedores BTT. Y creo que cada vez tendrá más, siendo que la chiquillada va cumpliendo años y cada vez aguantan más kilómetros. 
De momento estas salidas familiares se limitan a la temporada primavera-verano, que es cuando el tiempo acompaña. Este año hicimos alguna ruta bien chula, como la Vía Verde de la Minería, en Semana Santa, donde aprendimos la importancia de no comerse un bocata de jamón un día con calor de verano y sin fuentes donde reponer agua en el recorrido.

No penséis que estamos cogiendo agua para beber, estamos cogiendo renacuajos

En mayo nos fuimos a Hervás a recorrer parte de la Vía Verde de la Plata. Este viaje no salió del todo bien. El recorrido no es llano y se nos hizo un poco de bola. De haberlo sabido hubiéramos planteado la jornada de pedaleo de otra forma, pero a lo hecho, pecho. No dejo de recomendar la experiencia en cualquier caso. Sólo hay que tener en cuenta que hay cierto desnivel y que los más pequeños o las personas menos preparadas pueden sufrir más de la cuenta. 

Buen pelotón formamos para ir a Hervás

Y cuando juntas nocturna + niños entonces sí que mola. Este verano hemos hecho varias y tanto pequeños como mayores nos lo pasamos teta. Siempre por sitios conocidos y sin dificultad alguna, claro. En cuantito empiece a quitarse el frío volveremos a hacer nocturnas con ellos. Los mayores también hemos hecho alguna que otra, ya casi lo hemos tomado por costumbre. Y me alegra recordar que Sergio y yo acompañamos a Javi en su primera ruta nocturna. ¡Vaya cervezas y vaya bocatas nos tomamos luego en la terraza del bar!

Nocturna por el Parque de Polvoranca

Hablando de Javi, 2022 ha sido un buen año en cuanto a nuevas incorporaciones a la familia perdedora. Javi y Natalia se unieron a su primera ruta con nosotros a principios de año. Natalia, vecina de Guadarrama, llevaba meses saliendo en bici con Jaime. Se compró una bici mejor (y luego otra mejor aún) y se animó a unirse al grupo. Y vaya manera de dar pedales. Cuando mejore la técnica, que es cuestión de tiempo y práctica, no habrá quien la alcance. 

Natalia jugándose la vida cruzando un arroyo de gran caudal que te arrastra y apareces en Lisboa

Javi es amigo mío de toda la vida y por circunstancias de la vida habíamos perdido el contacto. La bici ha sido un excelente catalizador para volver a unir lazos y me llena de alegría (y sé que a él también) que nos hayamos reencontrado tantísimos años después. Pero tiene un problema: anda demasiado en bici y nos deja en evidencia al resto. No es muy perdedor en ese sentido. Y tampoco se cae...Vamos, que no sabemos qué hacer con él.

Tres chulazos. Obsérvese cómo la correa inferior de la mochila me sujeta la barriga por debajo

Y para terminar el cupo de nuevas incorporaciones nombraremos a Jorge, compañero mío de trabajo que lo mismo que Gualter en su día ha recuperado la afición por el ciclismo de montaña tras comprar una excelente Scott Spark. Jorge es aborigen de Las Navas del Marqués y por lo tanto está hecho a los duros caminos de la zona. Vamos.... otro que tiene buenas piernas. En resumen, hemos hecho tres fichajes de categoría, yo no sé dónde vamos a ir a parar si ya no se respeta el perdedorismo. Recordad a Jaime (el calvo). Eso sí fue entrar en el grupo por la puerta grande. Menuda forma de caerse de la bici ¡Si parece que lo hacía a propósito! Aaaaaaaah... los buenos tiempos... Ahora se ha comprado una BH Lynx que con la que me pone los dientes largos y ya no se cae tanto y se hace rutazas.   

Jorge en la BiciCoa. La primera (espero) de muchas

Hemos hecho bastantes rutas en 2022, claro está, un año da para mucho. Pero hay algunas que recordamos especialmente. Sin duda el reto Leganés - Toledo es un logro que atesoramos con cariño en lo más profundo de nuestros recuerdos ciclistas. Tuvimos que cambiar la fecha porque la inicialmente elegida tuvo que postponerse debido a la lluvia. Y bien que hicimos porque había algunas zonas donde el barro hubiera sido terrible. En otros tramos directamente no había camino. Haber diseñado la ruta "sobre el papel" tuvo esas consecuencias. Salimos de Leganés a las 8:00 y llegamos a la Plaza de Zocodover a las 14:00 habiendo hecho tres o cuatro paradas para comer y beber. Íbamos a ser 9 pero al final por diversos motivos quedamos 4. Y menudo calor. Comimos en una terraza a 39º, tela marinera. Dejadme copiar parte de la crónica que escribí en su día porque no encuentro palabras mejores para resumir el sentimiento tras conseguir superar este reto:

"Y me abracé a mis colegas (yo soy bastante sentido para estas cosas) porque juntos habíamos llegado desde Leganés hasta Toledo tras 6 horas de ruta. Con caídas, con calor, con bastante sufrimiento... pero allí estábamos. No 6 horas después, dejad que me corrija. En realidad 5 meses después, desde enero hasta mayo. Porque cuando uno lleva tanto tiempo preparando un evento como este, con tanta ilusión, convenciendo a los amigos, preparando la logística, viendo como la idea feliz de uno se acaba convirtiendo en el desafío de los demás, viendo cómo sus colegas se involucran y entrenan duro... No sé cómo describirlo."

Merecida cerveza toledana pero que me sentó fatal al bebérmela casi de trago

Como ya he dicho, la ruta de Toledo se pospuso pero el día inicialmente propuesto se aprovechó para hacer otra ruta de las buenas. Guiados por Jesús hicimos una ruta entre Moralzarzal y Hoyo de Manzanares de las buenas, buenas. Subidas duras y bajadas muy técnicas. Natalia lo pasó mal. Y tuvo una caída mala. Se hizo mucho daño en la rodilla y aún hoy sigue con consecuencias. 

Piedras, piedras, piedras y más piedras

Una ruta tirando a endurera. Jesús, que casi estrenaba su Rockrider AM 50s, nos llevó por sitios preciosos y divertidísimos. Sin duda tenemos que volver a hacer ruta por esta zona porque merece mucho la pena. También la mereció la tortillita de patatas que nos tomamos al final de la ruta. 

En septiembre hicimos la ruta de las Zetas de la Pedriza, una clásica madrileña que me aportó, la verdad, poco: bonitos paisajes y el orgullo de superar los 1.000 metros de desnivel positivo, que no lo había logrado nunca. Además fui pinchado media ruta y descubrimos que Jaime llevaba el cuadro fisurado. Vamos... no creo que vuelva a repetirla porque no me gusta subir y además la bajada es por pista. Muy rápida y, creo yo, peligrosa.

Preciosas vistas desde lo alto

Y no podemos dejar de nombrar a otro reto de la larga distancia: La Vía Verde del Tajuña. La idea era recorrer más de 100 kilómetros. Hace tiempo escribimos una entrada enumerando las 10 cosas que todo ciclistas debe hacer al menos una vez y entre ellas se encuentra hacer más de 100 kilómetros. Acordamos el domingo 18 de diciembre para intentarlo, pero por causas ajenas a la obra tuvimos que cancelarlo. Lo intentaremos en 2023.

Y para terminar esta entrada que está quedando un poco larga (me vais a disculpar pero hay muchas cosas que contar... y las que estoy omitiendo para no aburriros) no podemos pasar por alto los dos grandes eventos perdedores del año: la celebración de la BiciCoa tras tres años de parón por culpa del Covid y la primera y exitosísima edición de la BiciTanza.

Fue en junio que celebramos la séptima edición de la BiciCoa. Este año me guardé de hacer el recorrido tan durísimo como la edición de 2019 pero fue el calor el protagonista y a mí, particularmente, me pasó factura. Me dio un perrenque y estuve sin poder salir del dormitorio cuatro o cinco horas, vomitando,  mientras el resto de perdedores y familias disfrutaban de los aperitivos y de la barbacoa. Y mi pobre Lourditas organizando todo sola, vaya historia. Espero que el año que viene todo salga bien... por mi parte, porque creo que la gente se divirtió. El recorrido fue el mismo que hice en mi primera ruta del año  

Buena asistencia a la BiciCoa'22

Y no veas cómo lo pasamos en la primera edición de la BiciTanza (ruta en bici + pitanza... ya sabéis que para poner nombre a las cosas somos así de simples). Sergio (y familia) organizaron una ruta por los alrededores de Cazalegas, donde sus padres tienen un chalet, seguida de un cocido que flipas. Tengo que decir que no lo vendió demasiado bien: que si es rodar por pistas, que si no esperemos senderacos de la muerte ni un recorrido espectacular, etc... Pero, oye, será por habernos puesto las expectativas en niveles muy bajos o por lo que sea pero nos encantó. Además la época del año, otoño, es perfecta para salir en bici. Durante la semana llovió y el campo tenía ese puntito de humedad perfecto. 

Flipa con la dehesa toledana de Cazalegas. Aprovecho para saludar a Paqui :)
 
Además fuimos una buena representación de perdedores los que acudimos, pena por los que no pudieron venir. Nos gustó especialmente contar con la compañía de Jaime. Cazalegas está razonablemente a mitad de camino entre Losar de la Vera y Madrid y se acercó a disfrutar del día. ¡Y bien que lo disfrutamos! Espero con ansia la segunda edición. 

Y con esto le hemos pegado un buen repasito al año. Han pasado muchas cosas, ¿verdad? Espero que 2023 sea como poco igual de productivo. Tendremos que pensar nuevos retos y proponer rutas atractivas para que nos juntemos los colegas, que a fin de cuentas es de lo que se trata. Yo tengo varias cositas en mente, varios deseos, que me gustaría compartir. Digamos que son los famosos propósitos de año nuevo. La primera es que nos juntemos más veces más perdedores. Yo salgo casi todos los fines de semana del año en bici. Esto son 52 salidas, aproximadamente. Con Sergio, que es vecino, coincido en muchas pero con el resto... apenas 10 o 12 veces al año. No puede ser, hay que hacer por verse más, que luego sucede que pasa el fin de semana y resulta que cuatro o cinco hemos salido cada uno por nuestro lado. También tengo intención de continuar saliendo en bici con la familia. Tal vez hacer algún viajecito en torno a la bicicleta, quién sabe...

Me despido deseándoos un felicisísisisisimo 2023. Cuidad la salud, dad muchos achuchones a la gente que queréis y pedid que os los den, que también sois personas. Buscad tiempo para hacer las cosas que os gustan, que al final son cuatro días. Atended vuestras obligaciones, naturalmente, pero procurad que no os amarguen la existencia. No son más que consejos de andar por casa, eso está claro, filosofía de taza de desayuno, pero echadle una pensada que si hacemos que 2023 sea un poquito mejor que 2022 habremos salido ganando.

¡¡FELIZ SALIDA Y ENTRADA DE AÑO!!

miércoles, 14 de diciembre de 2022

Ciclismo de dehesa cordobesa durante el puente de la Constitución

Siendo que este año los días festivos del día de la Constitución y de la Inmaculada han caído en martes y jueves respectivamente, he cogido de vacaciones lunes, miércoles y viernes para hacer un puente que más bien parece el acueducto de Segovia (ole, ole y ole). Hemos ido a Conquista (como sois lectores habituales de este blog ya sabéis que es el pueblo de mi madre y que está en la provincia de Córdoba) a pasar unos días y entre chaparrón y chaparrón tuve un par de ratos para salir a dar una vueltita en bici. 

La idea era hacer una kilometrada medio decente porque se acerca el reto de los 100 kilómetros y, sinceramente, no he entrenado nada de nada de nada (de nada). En Conquista está mi queridísima Kona Explosif. Bueno... eso es mucho decir. De la época solo tiene el cuadro porque se me hacía duro usarla con la potencia larga, el manillar estrecho y la horquilla con poco recorrido propios de la época. Así que la tengo "actualizada". Y me encanta y no me arrepiento, es 100% usable. 

Como digo, quería rodar hasta un pueblo colindante, Torrecampo, y volver. En total serían 50 kilómetros por pistas con algo de desnivel, pero suave. Sobre las 9:00 me puse en marcha bien pertrechado para el frío. 

La mañana pintaba bien. No hacía nada de viento y a pesar de las lluvias de los días anteriores el suelo no estaba apenas encharcado. Todo lo contrario, permitía rodar con comodidad y con muy buen agarre. Como suele pasar cuando salgo en bici por los alrededores de Conquista es raro que me encuentre con otros ciclistas. Tengo todo el campo para mí solo. Esto tiene sus pros y sus contras. Si acaso tengo un problema mecánico o una caída no me quedaría más remedio que pedir que me vinieran a buscar, nadie podría asistirme. ¡Pero así son las cosas! 



El cuentakilómetros de esta bici no tenía pila y cuando llevaba un buen ratazo dando pedales se me ocurrió mirar el reloj (me he comprado un Garmin) para ver cuándos kilómetros llevaba, creyéndome ya cerca de Torrecampo. ¡Una mierda para mí! Llevaba cerca de una hora dando pedales y apenas había recorrido 13 kilómetros. ¡Menuda ruina! Debo de reconocer que me vine un poco abajo. Pero bueno... en estos casos es cuando los ciclistas damos lo mejor de nosotros mismos haciendo de tripas corazón y seguimos avanzando sin más dando  una pedalada detrás de otra.


No conozco el camino de memoria, solo lo he recorrido una vez con anterioridad y en un cruce me equivoqué y tomé la dirección incorrecta. Este camino erróneo termina en la carretera que une Conquista con Torrecampo. Podía girar a la derecha y llegarme a Torrecampo, mi destino, pero la desidia me hizo girar a la izquierda para volver a Conquista por la carretera. Porque, ya os digo, que en las adversidades es cuando los ciclistas nos crecemos pero no debemos olvidar que somos perdedores y nos la refanfinflan los convencionalismos ciclísticos. 


Que lo mismo que te digo una cosa te digo la otra... el recorrido de vuelta por carretera no es gratis. Tiene unos cuestones que le ponen a uno en su sitio. De hecho el pico de ritmo cardiaco se me registró para un repecho en la carretera, ojo con eso. 

Y con apenas 28 kilómetros en las piernas y con la lluvia pisándome los talones llegué a Conquista.

Queda pendiente para otra ocasión hacer la ruta que tenía en mente. En este viaje el tiempo no acompañaba, la verdad. Veremos si en Semana Santa, llegado del caso, tenemos más suerte.

 

martes, 13 de diciembre de 2022

Nuestro primer "Dream Build" (por Jaime)

En esta ocasión Jaime nos obsequia con una entrada muy especial. El "montaje de ensueño" de la próxima bici de su hijo. Con vídeo y todo, naturalmente. Como suelo hacer, tras esta breve introducción me limito a compartir el texto escrito por él, para vuestro uso y disfrute. Gracias, Jaime, por compartirlo.

"Soy de la opinión que un niño debe tener una bici ajustada a su tamaño y a su peso. Aunque esto suponga ir pasando por todas las tallas de bicicleta y un cambio continuo durante los primeros años del pequeño, la bici debe estar adaptada al niño, y además, cuanto más ligera mejor. No vamos a tener un niño de 18 kg con una bicicleta de 12 kg. 

En base a esas premisas y viendo que a mi hijo su bicicleta de 16 pulgadas se iba a quedar pequeña más pronto que tarde, me puse a buscar por foros y páginas online de segunda mano. Quería algo ligero y con componentes "decentes". Pensando en lo primero, la primera idea fue buscar Woom o Frog, bicicletas muy conocidas, muy ligeras y de las que mi hijo ya tuvo una, la versión Woom 2 (14 pulgadas). Una pasada de bicicleta para iniciarse en el pedaleo. 

No me terminaban de convencer las formas de la Woom, me parecen más bonitas las bicicletas tipo "MTB", sin manillar tan oversize y tan altos. Y no me gusta nada el sistema de dirección que usan, no se ajusta bien jamás. 

En cuanto a las Frogs, aunque me gustaban, se iban de precio. Proseguí la búsqueda por las Orbea MX20 (en especial la "team", que tiene la horquilla de aluminio), pero había pocas y a un precio un poco alto para las prestaciones (cuadro de aluminio, componentes decentes pero las “económicas” con horquilla de acero). En la búsqueda surgió alguna Scott, pero también a un precio poco razonable. Prosiguiendo con la búsqueda, y tras ver algún vídeo en Youtube de marcas de bicis ligeras para niños, me puse a buscar esas marcas, que hasta entonces habían sido desconocidas para mí y encontré un enlace en Wallapop a una de la marca PYRO, en concreto la PYRO TWENTY LARGE. 

Según especificaciones unos 8 kg, sin suspensión, 8 velocidades, cuadro y horquilla de aluminio, componentes propios en teoría ligeros, casete en lugar de piñón... No tenía mala pinta, y el precio muy bueno de 95 euros (envío y seguro de Wallapop a parte por 30 euros más). Las especificaciones de fábrica las podéis encontrar en https://pyrobikes.de/products/twenty 

En la báscula, recién recibida la bici esta marcó 8.350 gramos con botellero y pata de cabra. Buen peso, pero mejorable. 



Pues tras recibir la bicicleta, correctamente embalada, y con la idea en la cabeza de “repintarla” al echarle un ojo por encima desechamos la idea. Aunque la bici se la notaba “usada” estaba muy bien así que bastaría con una limpieza y engrasado, eso sí, pieza a pieza. 

Una vez en casa toca buscar por el trastero y las cajas de piezas que se van guardando no se sabe bien para cuando, pero que hacen un “apaño”. Ahí el listado de cambios a realizar: 
  • Manillar: Sustituir su manillar de 50 cm de aluminio y 200 gr de peso por uno de aluminio ligero MASSI T6 Ultra de 52 cm y 150 gramos. 

  • Maneta de cambio: Sustituir puño giratorio Shimano de 8v por Shimano Altus RL-M315 de pulsador, 20 gramos más pesado pero a mi parecer mucho más cómodo. 
  • Puños: Sustituir puños de goma por espuma.
  • Tija: sustituir tija original de aluminio de 20 cm (14 útiles) y 235 gr de peso por una Elita One 27,5 x 350 mm de carbono y 150 gramos.
  • Cambio trasero: Sustituir Shimano Altus original de 8v por Shimano XTR RD-M952 con roldana inferior sobredimensionada.


  • Cableado: Sustituir fundas y cableado (cambio y frenos) por cables recubiertos de teflón (para conseguir mayor suavidad y deslizamiento por las fundas y que le sea más fácil frenar y cambiar, estamos hablando de un niño de 5 años, toda ayuda es bien recibida).
  • Tubelizado de ruedas: Tras desmontar las ruedas para su limpieza pude comprobar que las llantas venían preparadas para tubeless (grata sorpresa) e hice una prueba satisfactoria de tubelizar las cubiertas Schwalbe Black Jack 20x1,90 que trae de serie, así evitamos pinchazos y aligeramos todavía un poco más ganando unos 50 gramos por rueda.


  • Cierres de ruedas: Se cambian los originales por unos de aluminio ligero recuperados del trastero. 
  • El resto de componentes se mantienen los de serie de la bici (potencia de 60 mm, frenos Tektro, bielas de 32 dientes, cadena, cassette SRAM PG-850 8v 11-32, pedales y el sillín que venía con uno BTWIN pesado (275 gr) pero muy cómodo 
El resto, limpieza y más limpieza, eliminar toda la grasa y lubricante sobrante por todos sitios para luego engrasar en su justa medida a la hora de montar la bicicleta de nuevo. Todos estos cambios han conseguido montar una bici muy resultona, los frenos van suaves, al tener opciones de ajuste he podido acercar la maneta a los puños y con muy poco recorrido conseguir una frenada contundente y evitar roces de las zapatas en las llantas, las manos pequeñas no tendrán problema para frenar. El pulsador del cambio conjuntamente al desviador XTR es suave y no requiere una fuerza excesiva en el pulgar para cambiar. 


Visualmente, aunque no llega (a mi gusto) a poder compararse con una Orbea mx20 team actual, y que el color no ayuda como uno más llamativo, la bici ha quedado espectacular. Además el peso se ha reducido, ha dado en báscula unos impresionantes 7.575 gramos a falta de poner la pata de cabra y el botellero (150 gramos más). 


A continuación el vídeo del Dream Build de la bicicleta, espero que lo disfrutéis tanto como lo he disfrutado yo planificando y realizando el montaje."



domingo, 20 de noviembre de 2022

Primera BiciTanza de Perdedores BTT - Éxito total de público y crítica

Así es, queridos amigos, lectores insaciables de las aventuras de Perdedores BTT narradas en este humilde blog. El pasado sábado 19 de noviembre de 2022 no fue un día cualquiera, ni muchísimo menos. Fue la fecha fundacional de lo que todos tenemos la ilusión de convertir en una tradición al más puro estilo de la BiciCoa: la BiciTanza (Bicicleta + Pitanza). Pero no adelantemos acontecimientos que hay muchas, muchísimas cosas que contar. Vayamos por partes y no queráis correr que hay mucha tela que cortar. Sea esta una entrada de las que hay que leer con cierta inmersión los que no acudisteis para imbuiros del espíritu que reinó durante todo el día y entrar a formar parte del "sentimiento bicitancero" y con, espero, una sonrisa en la boca los que sí participasteis recordando tantos momentos divertidos (que espero no olvidar en mi narración).

Parece mentira lo bien que salió esta foto, todos colocaditos y mirando a cámara

Acabando el verano Sergio propuso hacer una ruta en bici por los alrededores de Cazalegas, donde sus padres tienen un chalet, en una urbanización llamada Serranillos Playa (lo de "playa" es por la cercanía al embalse de Cazalegas, hemos de entender). Con mucha ilusión algunos nos apuntamos desde el primer momento, otros algo más adelante, hasta completar una asistencia de ocho perdedores que no está nada, pero que nada mal (por supuesto y como siempre echamos en falta a los que no acudisteis). Gratísima sorpresa contar con la presencia de Jaime (Santos), que se decidió a venir ya que Cazalegas está más o menos a mitad de camino entre Madrid y Losar de la Vera, localidad extremeña donde él reside y de la que hemos hablado en reiteradas ocasiones en entradas anteriores. Hacía años que no nos veíamos y fue un gusto poder darse un abrazo como en tiempos pre-pandémicos. 

Puntuales a la cita nos presentamos Miguel, que muy amablemente vino a buscarme a Leganés para ir juntos hasta allí, Jaime (Rodriguez, el calvo) y Natalia, que desde Guadarrama echaron un rato bueno de coche, Sergio, como no, Raúl, que igual que Jesús y su familia se quedaron a dormir la noche del viernes, el ya nombrado Jaime (el peludo por contraposición al calvo) y un servidor.

Momento de la llegada, minutos antes de comenzar la ruta

La idea era empezar a dar pedales sobre las 10:00 así que a partir de las 9:15 fuimos llegando poco a poco para sacar las bicis de los coches, terminar de pertrecharnos para el frío de la mañana y darle ese último ajuste a la bici lubricando la cadena o metiendo algo de aire a las ruedas. Detalles de última hora que siempre hay que atender y por lo que conviene llegar al lugar de la cita un ratito antes de la hora marcada para salir para no retrasar demasiado al grupo.

Como digo la mañana era fresquita, en torno a 6ºC si no recuerdo mal. Por mi parte llevaba las botas de invierno Shimano MW-701. Canela en rama. Ni calcetines de lana merino ni nada. Pies calentitos y secos toda la ruta. Y además, igual que Jaime sin habernos puesto de acuerdo, estrenaba unos pantalones de ciclismo de invierno. Anchos, nada de culote largo. Me resultaron bastante cómodos y muy, muy calientes. Al punto de llevar las piernas sudando. No los recomiendo para temperaturas superiores a 10º porque podemos llegar a pasarlo mal sobre todo en rutas con ascensiones prolongadas.

Una vez listos nos pusimos en marcha. Como podéis ver, la ruta, que en estos casos en los que nos juntamos amigos para luego comer, seamos sinceros, no es lo más importante, recorría casi 40 kilómetros con un desnivel positivo de algo más de 500 metros. Si os soy sincero, como vosotros sin duda os merecéis, no me esperaba gran cosa. Sergio nos había advertido de que era casi todo por pista y me esperaba un paisaje parecido al de los alrededores de Leganés: campos de cultivo, caminos anchos y en relativo buen estado por los que rodar cómodo, pero sin paisajes especialmente atractivos. Nada más lejos como veréis si tenéis la paciencia de seguir leyendo. 



Al principio nos toca rodar por las calles de la urbanización y por carreteras secundarias hasta llegar a San Román de los Montes. Nos encontramos alguna subidita que enseguida nos calienta las piernas. También empieza a verse desde muy pronto los grupos que se iban a formar y, como siempre, yo iría en el de cola. Aprovechamos este rodar tranquilo para ir dos o tres en paralelo y ponernos al día, que hace tiempo que no nos vemos, y aunque estamos en contacto casi constante por Whatsapp no es lo mismo porque somos gente de cierta edad y le damos mucho valor al cara a cara y al toqueteo (fraternal).

Saliendo de San Román cogemos un camino de tierra que pica para arriba de lo lindo. Está claro que los 500 metros de desnivel positivo tienen que salir de algún sitio. El camino tras varios cientos de metros se convierte en una senda asfaltada que a poco que avanzamos un poco satura nuestros sentidos de motivos otoñales. Rodamos entre lo que parece el lecho de un arroyo a nuestra derecha y la ladera del monte a nuestra izquierda. Subiendo, pero con suavidad. Da para hablar, para rodar en paralelo y para embelesarse con el musgo, las setas y los colores del otoño. Muy, muy, muy bonito. 

Precioso camino de asfalto

Tras unos tres kilómetros de disfrute la pista se acaba y el monte se abre. Tenemos ahora una pequeña bajada hasta la carretera CM5100 que nos lleva tras pocos metros hasta Marrupe. No llegamos a entrar en el núcleo urbano porque giramos a la izquierda para seguir por la carretera unos cientos de metros más y tomar enseguida otro camino de tierra, en dirección suroeste. Comienda una divertida bajada por pista ancha pero no exenta de trampas. Hay roderas, piedras y cositas entretenidas que no te dejan despistarte porque rodamos rapidito y una caída puede ser dolorosa. 

Nos llamó la atención que las canadienses no tenían agujero debajo. Eran como pasos elevados

El suelo, por cierto, está en un estado excelente tras las lluvias de la semana. En algunos lugares algo encharcado, pero sin llegar a ser ni fangoso ni pegajoso. Los charcos tampoco son un problema, todos los que vamos encontrando son razonablemente sorteables y los que no lo son pueden cruzarse sin peligro de acabar como una sopa.

Hay que prestar atención rodando rápido por sitios que no conocemos y con firme regulero

Tras este primer descenso nos reagrupamos. Hicimos una paradita para hacer pis (quien tuviera la necesidad), echarnos una foto todos juntos en el monte y revisar la rueda trasera de Miguel que parece que tenía algo de holgura. Nada grave. Ahora tocaba subir un buen rato. Sin grandes rampas de la muerte (el máximo que recoge Strava es el 10%) pero siendo dos kilómetros conviene tomárselo con calma, que todavía queda algo más de la mitad del kilometraje a recorrer. 

No hubo ni caídas ni averías, como debe ser

Tras completar la ascensión vino una rapidísima bajada por una buena pista de tierra con anchura y que nos lleva hasta Cervera de los Montes. Atravesamos la localidad sin entretenernos en absoluto y tras rodar unos pocos metros por carretera nos desviamos por un camino a la izquierda que nos llevará tras una vertiginosa bajada por pista asfaltada hasta Pepino. Si yo, siendo pepinero, me entero de que esta otra localidad se llama "Pepino" me hubiera hecho una foto con el cartel que marca la entrada al pueblo casi seguro. 

En muchos tramos el paisaje de dehesa me recuerda al de Conquista

Todo el rato vamos de cháchara, de bromas y de buen rollo. Estamos encantados. Hace buena temperatura, nada de viento y el campo está precioso. Especialmente bonito un tramo con unas praderas repletas de flores. Como si estuviéramos en primavera.

¿La mejor parte de la ruta?

Durante cinco kilómetros muy llanos disfrutamos de este camino con sus pasos canadienses elevados. Miguel y Jaime ruedan en cabeza y el resto formamos un pequeño y coqueto pelotón. Sergio como buen anfitrión, sabiendo que Miguel lleva el track en el GPS se despreocupa de hacer de guía y se deja caer para echar ratitos de charla con todos y hacer alguna que otra fotito.

Fíjate qué de flores, Paqui

Pasamos de nuevo por San Román de los Montes y de ahí a Serranillos Playa ya es coser y cantar, pero la vuelta la hacemos por otro camino, rodeando la urbanización por un sendero "singletrack" muy chulo. Algún repecho hay que subir, sobre todo al final y quien más quien menos se pega un calentón sabiendo que es el último esfuerzo y que una cerveza fresquita espera a tan solo unos minutos.

Llegamos de vuelta a la parcela con una sonrisa de oreja a oreja. Felicitamos a Sergio por el recorrido que ha planteado, precioso. Nos damos abrazos y todo en un momento de exaltación de la amistad bicicletera pero enseguida nos ponemos a quitarle el barro a las bicis, antes de que se seque y cueste más sacarlo. 

Creo que lavé todas las bicis menos dos

Lavando las bicis nos vienen oleadas de olor a cocido. Impresionante. Tras completar la tarea de limpieza, cambiarnos de ropa y quien más, quien menos darse una duchita nos reunimos alrededor de la mesa para tomar algo. No puedo evitar echar una foto al perolo de cocido que se termina de hacer al fuego:

Cocidazo de los buenos
 
Jaime (el de Guadarrama) trajo un pan casero con una pintaza que no veas y no pude evitar coger una rebanada, cortada con mimo por Sergio, y hacerme un canapé con uno de los chorizos del cocido. junto a una cerveza, gloria bendita.  

Pan casero bien rico

¿Qué decir del rato de la comida? El cocido estaba como para comerse cinco perolos seguidos. Hubo quien se comió tres platos, ¿Eh, Raúl? Y luego vinieron las natillas, y la tarta de queso también cocinada por Jaime, que además de panadero es repostero, y el licor de arroz de Miguel que no puede faltar en ninguna de las reuniones gastronómicas post-ruta de Perdedores BTT.

Todo rico

¡Y las risas! Madre mía qué momentos de inspiración. Una tontería detrás de otra. Recordaremos especialmente cómo intentamos explicar a los que no estaban al tanto de esta anécdota con metáforas (por existir audiencia infantil) cuando Lourdes y yo íbamos en bici rodando por un camino cercano a casa ligeramente tapado por árboles a ambos lados y tuvimos que darnos la vuelta porque vimos cómo a unos cincuenta metros había dos señores de avanzada edad dándose cariño mutuamente. Siendo que en ese mismo sitio hay una colonia felina pudimos explicarlo como si los señores estuvieran acariciando gatos. Y no te creas que supone poco esfuerzo contarlo sin recurrir a palabras malsonantes. Mucha risa.

En fin, un día que recordaremos durante mucho tiempo porque creo que salió todo, todo bien. Mil gracias, una vez más,  a Sergio y a Cristina por su hospitalidad y atenciones. Espero que el año que viene celebremos la segunda edición de la BiciTanza, que si sale la mitad de bien que esta lo vamos a pasar teta.

¡Viva la BiciTanza!

lunes, 14 de noviembre de 2022

Otoño en bicicleta

El otoño es la mejor época para ir al monte. Lo afirmo rotundamente y quien piense lo contrario o bien no tiene ojos en la cara o bien tiene el alma seca. En verano está todo quemado, todo amarillo. Y hace mucho calor(en general) y en invierno hace mucho frío y están los árboles pelados. Sí, de acuerdo, la primavera está muy bonita de ver con su luz, sus días largos, sus flores y su exuberancia. Pero hace alergia y si me apuras, calor. En Otoño la temperatura es perfecta. Los colores son impresionantes, el manto de hojas caídas de los árboles (de hoja caduca, claro) alfombra los caminos y la luz y la humedad reinante le envuelven a uno en un ambiente de melancolía muy, muy disfrutable. Por no hablar de los frutos propios de la estación: las setas y las castañas. Delicias que el monte nos regala solo durante esta época. 

Vamos, que si en este blog no fuéramos personas de exquisita educación bien podríamos decir que el otoño se saca la chorra y se mea en las otras estaciones. 

Como no, salir en bici en otoño es de lo mejor de lo mejor de lo mejor. Aprovechando que fuimos a pasar el fin de semana a la casa de Navalperal de Pinares no dejé escapar la ocasión de salir a dar una vueltita contemplativa con la veterana (que no vieja) RCZ. ¡Qué raro se me hicieron los primeros metros! Me parecía super nerviosa, entre lo ligera que es, el diámetro de la rueda y que tendrá una geometría tirando a racing (lo ignoro completamente). Pero enseguida me hice con ella y lo que me vino a la cabeza fue lo malamente de forma que estoy. Habrá que apretar un poco si quiero no sufrir mucho más de la cuenta en el reto de los 100 kilómetros.   

Pero no era el propósito de la salida ni apretarle a las piernas ni hacer una kilometrada. Apenas salieron 18 kilómetros, de hecho. La idea era dejarse embelesar por el paisaje otoñal y por eso rodaba descaradamente despacio, mirando a todas partes y respirando el aire húmedo e impregnado de olores de los pinares. Tras atravesar por en medio de un rebaño de vacas que pastaba tranquilamente a ambos lados del camino que lleva a Las Navas del Marqués, ascendí por una cuestaza con piedras puestas a bastante mala idea en lo que podríamos considerar la única dificultad física de la ruta. Tras el pequeño ascenso crucé la cancela para entrar en la dehesa boyal, al norte de Las Navas, un robledal precioso.

Y si antes iba despacio... imaginaos ahora, que solo veía setas a mi alrededor. Y además el sendero no se veía de lo cubierto que estaba el suelo de hojas secas. Para colmo me encontré un boletus al ladito del sendero de manera que me vi obligado a continuar caminando buscando como un perro trufero en busca de más. No hubo suerte. Llegué hasta la carretera y comencé mi vuelta al mismo ritmo tranquilo. Descubrí un nuevo sendero de bajada, cosa que hay que celebrar porque no abundan, y volví por el mismo camino por que que vine, ahora un poco más rápido porque me encontraba bien. Para mi sorpresa conseguí no perderme. Habré recorrido esos caminos cien veces pero siempre me confundo.

Poco dura el otoño para lo bonito que es, fíjate lo que te digo. Mejor así, que lo bueno si breve es dos veces bueno. A ver si nos da tiempo de salir al monte dos o tres veces más antes de que todos los árboles pierdan las horas y de que se meta el frío. Yo creo que sí, que podremos hacerlo.

Por lo pronto, primicia, la semana que viene está programada la primera BiciTanza (Bicicleta + Pitanza) de Perdedores BTT. Sergio nos llevará de ruta por los alrededores de Cazalegas y luego nos convidará a un guiso para entrar en calor. A ver si tenemos suerte y no llueve. Vosotros, queridos y extremadamente fieles lectores (¡hola Paqui!), permaneced atentos porque el evento promete.

lunes, 10 de octubre de 2022

Leganés - Móstoles - Río Guadarrama - Villaviciosa de Odón - Leganés

Si queremos hacer la Vía Verde del Tajuña completa (ida + vuelta) hay que empezar a meter kilómetros a las piernas así que algunos hemos empezado la preparación yendo desde Leganés hasta el río Guadarrama y volviendo por Villaviciosa de Odón rodando casi siempre, como solemos hacer, por caminos.

Salimos de casa a las 8:00 de la mañana. Tempranito, que va a ser una buena tirada. Sergio, Javi y yo seremos los intrépidos ciclistas que participemos esta mañana de la ruta. Hace fresquete pero sin exagerar. Yo he sacado los guantes de invierno porque prefiero pasar calor a pasar frío, pero llevo los cortos en la mochila. Sergio va en manga corta tan pancho porque creemos que es vasco y Javi con manguitos, una prenda muy versátil que nunca he usado.

Nos ponemos rumbo al Parque de Polvoranca. Está amaneciendo y apenas nos encontramos con gente a nuestro paso. Alguno sacando al perro, otro corriendo.... lo normal a estas horas tempraneras. Rodeamos el parque por sus pistas exteriores para cruzar hacia Alcorcón y luego hacia Móstoles. Vamos siguiendo el mismo camino que cuando fuimos a Toledo pero en vez de atravesar Móstoles por el carril bici lo rodeamos por el sur. No podemos evitar rodar algunos tramos por carretera, pero finalmente llegamos a los campos de fútbol de Iker Casillas. 


Evidentemente hemos ido de cháchara todo el rato, eso es una constante en nuestras rutas. Hay que ponerse al día, comentar las cosas que nos han pasado en los últimos días y revisar los planes que tenemos para fechas futuras. El ritmo es bueno, pero sin fliparse, que acabamos de empezar y queda mucho. 

Atravesamos el parque de El Soto de Móstoles y cogemos el carril bici que lleva hasta la Colonia Guadarrama. Rodamos casi a 30 Km/h porque el terreno es favorable. Al llegar al río en vez de cruzarlo por el remodelado puente giramos a la derecha con la idea de rodar por el sendero de la orilla. Sin duda la parte más bonita de la ruta. Y con muchísima diferencia. Hacía muchos años que no rodaba por ese sendero y espero que no vuelvan a pasar tantos porque merece mucho, mucho la pena. En algún punto nos vemos obligados a echar pie a tierra porque el sendero está cortado por pequeños desmontes naturales y las zarzas que hay por debajo no creo que sean muy acogedoras en caso de caída. 

El sendero es fundamentalmente llano, pero tiene alguna subida y alguna bajada que nos pone en nuestro sitio, no te deja descansar, es ratonero. Muy divertido y completamente limpio de piedras o raíces. Conociéndolo, se disfruta sin duda. Pero todo se termina y en este caso, como suele ser habitual a la hora de alejarse del cauce de un río, nos toca subir un cuestón de tres pares de narices. La cuesta más dura de la jornada, que no es nada del otro mundo pero que hay que subirla con paciencia y desarrollo muy cortito.  Nos estamos aproximando a Villaviciosa de Odón por un camino etiquetado como "Camino de Sacedón" pero nos salimos del él para meternos en un pinar con una bajada divertidísima que recordaba a la Casa de Campo... pero sin gente. Justo antes de llegar a Villaviciosa hacemos una paradita porque quiero comer una barrita, que voy con hambre, y aprovecho para cambiar de guantes y ponerme los de verano, que hace un día buenísimo.

Rodamos un poco por el núcleo urbano de Villaviciosa. Sergio nos está haciendo de guía y a ratos no estamos muy seguros de que estemos yendo por el sitio bueno, pero siempre acaba encontrándose. Se acaba de comprar un GPS pero no lo necesita porque tiene en la cabeza una brújula. 

Volvemos a salir al campo y tengo que echar mano de un gel. Más vale prevenir que curar. No voy completamente vacío pero lo bueno de llevar un tiempecito montando en bici es que uno se conoce bien y es mejor tomarse algo ahora que cuando sea demasiado tarde. Saco de la mochila un gel sabor naranja de la marca 226ERS que en vez de a naranja sabía a mierda pura. Me lo dieron en Festibike cuando estuve probando la Orbea Rise y prometo no comprarlos en la vida. Para gustos, los colores e imagino que también los sabores.

Nos vamos aproximando a la M50 y menos mal que me he tomado el gel. Me va ayudando en los repechos que vamos encontrando, pero Sergio y Javi siempre me dejan atrás. Además de estar bastante más fuertes que yo se van picando en las subidas, lo nunca visto en Perdedores BTT. Creo que hay que pensarse si les echamos del grupo o no. 

El túnel por debajo de la M05 muestra signos de tener mucha vida nocturna. Miles de millones de botellas de cristal, la mayoría rotas, cubren el suelo y hay que ir con cuidado para no pinchar.

Tras el túnel salimos a nuestro recorrido habitual por los caminos que hay entre La Venta de la Rubia y la Ciudad Financiera del Santander. Territorio más que conocido.

Como el gel hace efecto ruedo alegre y hago varios "PR" de Strava seguidos (me salieron 10 "PR" en total). Parece mentira lo que un gel puede hacer. Sabe malo pero funciona bien. Tanto que en vez de ir evitando cuestas, las vamos buscando y acabamos tras 61 kilómetros subiendo la cuesta del cementerio para terminar la faena con las piernas duritas.

No serían las 12 cuando ya estábamos brindando con cerveza en el bar. Cayeron varias en poco tiempo al punto de que si me tomo otra llego a casa pedo antes de las 14:00. Una mañana de sábado perfecta, vaya, que completé con una buena siesta para recuperar. ¡Por muchas más como esta!

viernes, 7 de octubre de 2022

Décimo aniversario del blog. Una década dando pena. Pasado, presente y futuro de Perdedores BTT

El tiempo pasa volando cuando uno se divierte, parece mentira. Hace ya diez añazos que los Perdedores comenzamos a compartir nuestras aventuras (y desventuras) en este blog con una sencillísima reseña sobre una ruta que hicimos en El Pardo. Anda que no ha cambiado las cosas desde entonces. Hemos cambiado nosotros, ha cambiado el material que utilizamos y ha cambiado el tipo de rutas que hacemos. Pero creo que el denominador común persiste, que es lo importante: el sentido del humor y de la amistad. 

Sin pretender ser empalagoso, que veo que mi última frase rezuma dulzor, vamos a repasar un poco en esta entrada quienes somos, de donde venimos y a donde vamos. Va a ser, por lo tanto, una entrada introspectiva y de mirarse al ombligo, no lo niego. Hay que dedicarse tiempo a uno de vez en cuando, que solemos ir atropellados por la vida.

A quien venga de nuevas a leer el blog le puede servir nuestra cabecera como declaración de intenciones, como carta de presentación:

"No somos los más rápidos, ni los más técnicos, ni los que mejor suben, ni los que mejor bajan, ni los que más kilómetros hacen, ni los que más pulsaciones alcanzan, ni los que mejores bicicletas tienen, ni los que más entrenan, ni los que mejor saltan, ni los que mejor derrapan, ni los que mejores caballitos hacen, ni los que mejor pasan por trialeras, ni los que mejor vadean ríos y arroyos, ni siquiera los que mejor se toman las cañas de después. Somos todo lo contrario, somos diferentes, somos perdedores."

Pero en esas pocas líneas es complicado recoger todo lo que el "perdedorismo" representa (aires de grandeza, vaya). Vamos, por lo tanto, a empezar contando cómo se formó este grupo de amigos aficionados al ciclismo de montaña porque es un hecho que cada uno venimos de nuestro padre y de nuestra madre. 

Los orígenes de Perdedores BTT

No voy a remontarme a cuándo le viene la afición a cada uno para no aburrir más de la cuenta. Diré que circunstancialmente Sergio Ludeña (Lude) y yo nos conocimos por ser nuestras parejas vecinas, amigas y por entonces compañeras de trabajo. Empezamos a hablar de esta afición en común que teníamos en un bar de la calle Toledo de Madrid un viernes por la tarde que fuimos a buscarlas a la salida del trabajo (me acuerdo como si fuera ayer). Ambos teníamos la práctica del ciclismo de montaña bastante abandonada, ciertamente, y encontramos buenos aliados para retomarla. Yo tardé en volver a subirme encima de la bici más que Sergio, lo reconozco. que junto a Jesús (su cuñado, hermano de su novia) y Raúl, por entonces novio de otra vecina (todo queda en el mismo bloque de viviendas del barrio de Las Águilas de Madrid) empezaron a salir de ruta todas las semanas. Sergio usaba su antigua bicicleta de montaña de Decathlón pre-Rockrider, Jesús se compró una Rockrider 5.2 y Raúl se compró una Orbea Sport (si no recuerdo mal). Bicicletas sencillas y baratas que cumplieron con su cometido más que de sobra. Yo tardé un poco más en unirme pero lo hice recuperando mi vieja Conor MTB3s del año 1994 con cuadro de acero, horquilla rígida y 21 velocidades. Y las pasé canutas porque mi estado de forma era muy, muy lamentable. Pablo, que compró una BH en El Corte Inglés que a día de hoy sigue usando como bicicleta principal, y su hermano José Ángel se unieron al grupo. El Bombi, también amigo desde el colegio se compró una bici nueva. Una Conor que estuvo llena de barro desde el primer día. También otros amigos de Las Águilas se animaron, de manera que cuando quisimos darnos cuenta teníamos un grupo bastante aceptable de amigos (antes que ciclistas) que salíamos a montar en bici todos los fines de semana. Posiblemente fuimos el típico caso de gente que llegando a cierta edad prefiere tomarse unas cervezas por la tarde y acostarse a una hora relativamente decente y disfrutar de la mañana del sábado o del domingo para hacer algo de ejercicio. 

Al principio la mayoría de nuestras salidas en bici se limitaban a la Casa de Campo

Poco tiempo después fui asignado por la compañía para la que trabajaba a un proyecto de RENFE. Allí conocí a Jaime (Santos), Miguel y Juancar. Los tres grandes deportistas. Progresivamente les fue entrando el gusanillo del ciclismo de montaña. Posiblemente Jaime fuera el primero. Él me inculcó la afición por la pesca y yo hice lo mismo con él con el ciclismo. Recuerdo que una vez nos intercambiamos material: un vadeador de neopreno por un grupo Shimano Deore. Ambos salimos ganando. Era para montarle a su novia, Susana, la primera perdedora ilustre, una bici en condiciones para salir juntos de ruta en su pueblo, Losar de la Vera. Él, por su lado, se preparó una excelente bici a la carta con un cuadro RCZ y horquilla REBA que daba gloria verla. Juancar era ciclista de carretera, futbolista y runner. Dio el salto al ciclismo de montaña con una Mondraker muy apañada que poco a poco fue mejorando hasta quedarse el cuadro por debajo del nivel de los componentes (paradoja). Y Miguel le quitó el polvo a su antigua BH Top Line (que años después me regaló) pero tardó poco en mejorar porque compró una Corractec preciosísima que siempre me ha gustado infinito.

Esta BH sigue en uso y va bastante fina

Con un servidor como nexo de unión, el grupo de amigos de Las Águilas y los compañeros de trabajo de RENFE comenzamos a salir todos juntos en bici porque cuantos más, mejor (al menos yo soy de esa opinión). Se crearon nuevos lazos de amistad hasta el punto de que ambos grupos quedaron consolidados en uno solo. Pero aún no existía "Perdedores BTT" como tal.  

¿Por qué Perdedores BTT?

Siempre me ha gustado escribir por varios motivos: me relaja, me gusta dejar constancia escrita de los hechos que me (o nos) acontecen a modo de diario y me gusta recibir elogios porque en el fondo soy un vanidoso como el famoso Ramón de Pitis, sería hipócrita negarlo. Siendo que me gusta la bici y me gusta escribir...sumando dos mas dos era cuestión de tiempo que acabara creando un blog de ciclismo de montaña. 

Pero había que darle un nombre y me puse manos a la obra. No me pegan en absoluto los nombres épicos, como (me los invento, pero seguro que existen. No se me ofendan, por favor) "Los Guerreros del Pedal" o "Los  Titanes sobre ruedas" porque creo que hay que estar a la altura del nombre y ese tipo de nombre ponen el listón muy, muy alto. Si fuéramos americanos tal vez hubiéramos optado por un nombre así por puro flipadorismo, pero siendo gente humilde... no.

Por entonces Miguel y yo bromeábamos con un personaje ficticio, un posible "alter ego" imaginario que era un desastre al que le salía todo mal. Un perdedor en toda regla que daba vergüenza ajena. Y pasábamos mucha risa imaginando a este personaje (nosotros, tal vez, en una realidad paralela) pasando penurias y compartiendo situaciones imaginarias en largas sesiones de chat. Fue recurriendo a este personaje donde encontré la inspiración para bautizar al blog porque, aunque en la vida nuestra forma de conducirnos es prácticamente intachable, encima de la bici "pasan cosas" que escapan a nuestro control. Y siendo que nosotros somos los primeros en reírnos de nosotros mismos y que tener las expectativas bajas es una buenísima forma de no llevarse desilusiones... Perdedores BTT es perfecto.

Boceto de la cabecera y del logo del blog

BTT es de Bicicleta Todo Terreno, por si algún despistado no lo sabe.

Pero también necesitábamos un logotipo que fuera fácilmente identificable y que llevara implícito el espíritu perdedor del grupo. Un monigote llorando sería perfecto. ¿Recordáis la serie de "El Mentalista"? me vino a la cabeza la pintada con la que el malísmo John el Rojo marcaba las escenas de sus crímenes. Mi cuñada Miriam, diseñadora, en base a mis especificaciones pinto exactamente lo que tenía en la cabeza. El que a día de hoy sigue siendo el icono de los Perdedores.   

Trayectoria y presente de Perdedores BTT

Así fue como poco a poco el grupo se fue consolidando. Algunos se quedaron por el camino, como Dani y Chema, dos buenos amigos de Miguel que al principio solían apuntarse a las rutas pero que por diversos motivos tuvieron que dejar de hacerlo. O como un compañero de trabajo de José Ángel que era arquitecto y que era buen chaval pero hablaba por los codos. O como otros tantos amigos a los que los compromisos familiares fueron privándoles del tiempo necesario para escaparse un rato el fin de semana a dar pedales por el monte.  

Chema, el Bombi, Miguel y yo en una terraza de El Soto de Móstoles

Llegando el fin de semana organizábamos la quedada. Casi siempre era yo el que convocaba por ser, como decía antes, el nexo de unión entre los dos grupos que conformaron inicialmente Perdedores BTT y por ser, además, de naturaleza despierta e inquieta. Muchas veces, la mayoría, salíamos por la Casa de Campo de Madrid. De vez en cuando entre Móstoles y Navalcarnero y muy raramente subíamos a la sierra. Era una primera etapa apasionante de re-descubrimiento de este deporte. Pero los niveles de forma física eran muy dispares. Recuerdo vomitar en casi todas las rutas que hacíamos y no ser capaz de completar una subida a Garabitas (un cerro de la Casa de Campo) hasta la tercera o cuarta salida. Un desastre. También fue esta una etapa de descubrir la mecánica, el trasteo y el síndrome de "biciógenes". Empezamos a jugar a cambiarle piezas a las bicis, a mejorarlas cambiando este o aquel componente y finalmente a montar bicicletas completas a base de piezas de segunda mano. Esto supuso un salto cualitativo porque nos fuimos haciendo con material de categoría. A veces por encima de nuestras necesidades, sin duda, pero siempre hemos entendido que este deporte no solo se disfruta saliendo a montar en bici, también hablando de él, leyendo, viendo vídeos y jugando a ser mecánico.      

Tal vez la primera bici de carbono la trajera Jaime

Hubo momentos de crisis, claramente, etapas en las que era muy difícil que nos juntáramos más de dos para salir juntos en bici. Dos ya era un logro, de hecho.  El blog solo tiene 10 entradas en todo 2016. Por algo será, tampoco nos vamos a poner a analizar los motivos. Lo que sí ha sido una constante desde hace años es la celebración de la BiciCoa, el día que nos juntamos en mi casa de Ávila para hacer una ruta en bici y luego una barbacoa. La primera fue en 2014 y solo se ha dejado de celebrar por culpa de la pandemia. Como primera curiosidad diré que hay dos amigos, el Bombi y Raúl, que han corrido en todas las ediciones, cosa que no puedo decir de mí mismo porque en 2018 me operaron de apendicitis y no pudiendo hacer esfuerzos no pude coger la bici. Como segunda curiosidad diré que Raúl ha corrido todas las veces con una bicicleta distinta, tócate las pelotas.

La primera BiciCoa, la única con participación femenina

A día de hoy esperamos con ilusión que llegue el buen tiempo para planear la BiciCoa porque no solo acudimos los ciclistas, también las familias hasta el punto que en esta última edición de 2022, habiendo tantísimas ganas de juntarse después de las restricciones, se pudo ir un poco de las manos. 

Durante estos 10 años se ha ido incorporando gente al grupo. Pero no cualquier gente, no te creas. No es Perdedores BTT un grupo "abierto" para todo el mundo. Han sido siempre viejos amigos o amigos de estos. Y siempre gente amable y divertida. Que disfrutan de una buena conversación durante la ruta y de las cervezas de después, que no van a hacer el mejor tiempo en Strava, que respetan a los demás ciclistas y entienden este deporte más o menos en la misma línea que el resto de nosotros. Es así como se fueron uniendo Jaime, Ángel, Néstor, Javi, Jorge, Gualter, Natalia y mi primo Christian. Todos personajes de primer nivel y perdedores por derecho propio. 

Me atrevo a decir sin temor a equivocarme que Perdedores BTT a día de hoy goza de buena salud. Hemos evolucionado bastante como ciclistas, alcanzado una madurez que nos permite afrontar retos que hace años ni se nos hubieran por la cabeza, como la ruta Leganés-Toledo que hicimos hace unos meses (primavera de 2022). Lo que no hemos hecho y seguiremos sin hacer es inscribirnos a carreras populares. Lo más cerca que estuvimos de hacerlo fue cuando corrimos la Talajara en 2019 y bueno... no es que fuera un suplicio pero tampoco fue la experiencia más gratificante del mundo. 

Minutos antes de dar salida la Talajara 2019

El futuro de Perdedores BTT

Como decía, puesto que el grupo está bien avenido y nos une más una amistad que una afición en común le barrunto muchos años más de vida a Perdedores BTT. También ayuda a que no siendo esto un club "al uso" nadie se siente obligado a participar de las salidas en bici. Se convoca y quien se quiera apuntar se apunta y quien no... pues a la siguiente tal vez. Y seguiremos proponiendo retos, el próximo consiste en hacerse completa la vía verde del Tajuña para completar un recorrido de 100Km. También tenemos en mente hacer Guadarrama-Segovia y comernos un buen asado allí una vez lleguemos pero este reto aún no tiene fecha y hay que pulir muchos detalles logísticos. 

Es posible que en un futuro no demasiado lejano se nos una algo de progenie, que ya van teniendo edad para seguirnos el ritmo (que tampoco es nada del otro jueves). Estará bonito hacer una ruta con ellos y ellas que no sea carril bici. 

No descarto tampoco una escapadita de fin de semana con alforjas, actividad muy recomendable y muy de moda. Ahora que los hijos van creciendo va siendo más fácil disponer de un par de días libres para montar el transportín y echarse a los caminos. 

Imposible olvidar el viaje a Girona

Mirando más a futuro... ¿Vendrán las ebikes? Casi seguro que sí, pero todavía queda. Ya sabéis que es raro que en un grupo medianamente numerosos todos estén de acuerdo sobre un tema tan polémico sobre el uso de un motor para ayudar a mover una bici. Yo, personalmente, ya me cuido mucho de decir "de este agua no beberé" porque despotricaba mucho de la imposición mercantil de comprar una doble de carbono en rueda de 29" y ahora tengo una y estoy encantado de la vida. Tengo claro que seré usuario de ebike, más aún tras haber probado la Orbea Rise en la última edición de Festibike, pero todavía quedan muchos años para eso. 

Momentazos

Como podréis imaginar estos diez años han dado para atesorar una cantidad ingente de momentos dignos de ser recordados. Han sido muchas rutas, muchísimas. Y muchas vivencias. He seleccionado apenas unas pocas, como cuando salimos en la revista Bike, en la sección de clubes. Compro la revista desde hace muchos años y me hizo especial ilusión. Es cierto que Raúl conoce personalmente a uno de los editores, pero... qué quieres que te diga, ahí estamos.  

Orgullo por las nubes

Otro momento... o mejor dicho, "momentos" en plural, fueron las sucesivas caídas de Jaime en su iniciación al ciclismo de montaña. Madre mía, qué manera de restregar el lomo contra el suelo. Le recuerdo tres especialmente dolorosas: la primera, en la BiciCoa de 2019, su presentación en sociedad. Otra, la de la foto, donde podemos ver a la víctima siendo socorrido por Sergio en una ruta preciosa que hicimos por los alrededores de Guadarrama. Y la tercera poco después en un sendero entre Zarzalejo y Valmayor. Caída en roca viva, tela marinera. Pero ahí está el tío, posiblemente el que más kilómetros haya hecho de todos nosotros en 2022. 

Ostiaza asegurada cada vez que Jaime salía en bici

Nos encantan las rutas nocturnas. Recuerdo con mucho cariño la primera que hicimos, entre Móstoles y Navalcarnero, una de nuestras rutas habituales (aunque hace tiempo que no la hacemos). Poco antes de que nacieran los hijos de Miguel organizamos una ruta nocturna entre Colmenar Viejo y Manzanares el Real que posiblemente no olvidaremos. Además de juntarnos un buen número de amigos el clima acompañó y como aún había restricciones de horarios en vez de acabar en un bar nos llevamos de comer y de beber y nos preparamos una comilona nocturna comentando los mejores momentos de la ruta que fue incluso mejor que la ruta. Momentazo sin duda.

Esta foto mola infinito

Y no puedo dejar de nombrar el regalazo que me hicieron en 2016. Encargaron la confección de  Maillots de perdedores para todos. Lágrimas como fundas de guitarra resbalaron por mis mejillas al recibir de parte de Sergio el mío. La idea hubiera sido haberlos tenido listos para la BiciCoa de ese año, pero no llegaron a tiempo y hubo que esperar a la del año siguiente. Perdedorismo en estado puro.

Los maillots son para marcar barriga

Y una última curiosidad. ¿Por qué recibiremos tanto tráfico de Alemania y de Estados Unidos? Ni idea.

¿Queda Perdedores BTT para otros diez años? Yo creo que sí. Habiendo ilusión, piernas y caminos tened por seguro que habrá bicicletas de por medio. Ya sean tradicionales o eléctricas. Tal vez tengamos que fundar ePerdedores eBTT... vete a saber. También espero que si seguimos estando sigáis leyendo, que así me pongo contento.