Como Raúl vive en Guadarrama la idea era ir desde su casa hasta la feria en bici. Quedamos prontito en Madrid y pusimos rumbo a la sierra. Los participantes de la excursión éramos Raúl, Sergio, el Bombi, Pablo, Miguel, Jaime y yo. Guiados por Raúl, que es el que conocía la ruta, llegamos a Cercedilla sin incidentes de consideración, obviando la pájara que sufrí tras unos cuantos kilómetros de camino ascendente. En mi defensa alego que el desayuno me sentó mal y tuve que acudir de urgencia al WC de la casa de Raúl porque me iba por las patas. Creo que esto me dejó bastante mermado de fuerzas.
En Cercedilla el ambiente era impresionante. Hacía muy buen día y mucha gente había acudido a la feria. Dimos un paseo por los stand de los expositores admirando bicicletas que posiblemente nunca podremos tener y visitamos el museo de mountain bike donde pudimos ser testigos de la evolución de este deporte desde los primeros noventa hasta la actualidad.
Se nos echaba la hora de comer encima y teníamos que subir por la carretera de La Fuenfría hasta las dehesas, donde habíamos quedado para comer. Llegamos con tiempo y nos hicimos con unas mesas a la sombra. En un bar cercano compramos unos refrescos y unas cervezas que nos supieron a gloria después de la dura escalada. Enseguida nos juntamos con nuestros familiares y amigos y disfrutamos de una buena comilona todos juntos en un entorno inmejorable.
La ruta se encuentra en wikiloc
Después de comer los ciclistas seguimos nuestra ruta de vuelta a Guadarrama donde nos juntaríamos de nuevo con los amigos para tomar un helado y terminar la tarde de forma relajada.
Para mi sorpresa me veo incapaz de liberar el pie derecho del pedal. Tuve que sacarme la zapatilla para poder soltarlo y comprobar que había perdido uno de los dos tornillos que fijan la cala a la suela. Jaime lleva siempre una caja de herramientas y dio la casualidad de que llevaba un tornillo que encajaba bien, pero era demasiado largo y se me clavaba en la planta del pie. Finalmente lo solucionamos apretando mucho el tornillo que quedaba y pude continuar la ruta sin problemas.
El camino de vuelta lo hicimos por el mismo sitio que el de ida, de manera que aunque la ruta figure como circular en realidad no lo fue.
Lo mejor de la ruta fue el camino que une Guadarrama con Los Molinos. En subida se hace duro y en varios puntos es necesario echar pie a tierra si no se va muy fino pero en bajada es divertidísimo, muy técnico por la cantidad de rocas que tiene. No estamos acostumbrados a este tipo de caminos ya que en la Casa de Campo y en el Pardo las rocas brillan por su ausencia.
Los amigos recuerdan este día como el que Lourdes y yo anunciamos que íbamos a ser padres por segunda vez. Yo lo recuerdo por ser uno de los más divertidos que he vivido. Buena ruta en bici, buen ambiente en la feria, buena comida en el campo y buen helado en una terracita en verano. Con la mejor compañía posible se me hace dificil imaginar un día mejor.
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